Daniel Casas Bañuelos
Justo cuando se cumplen cien años del inicio de la fase dura de la persecución religiosa en México, la promulgación del decreto 1913 del Congreso del Estado de Jalisco, que reducía el número de ministros de culto autorizado para ejercer su ministerio, y de la reacción católica a tal legislación, encabezada por el hoy beato Anacleto González Flores, que organizó el inicio de una resistencia pasiva compacta y sostenida que al paso de pocas semanas pudo conseguir la derogación de dicho decreto, ve la luz, en la capital de Jalisco, un hermoso libro, al que cabe calificar de esta forma por su edición, los dibujos de Alfonso de Lara Gallardo y las fotografías de don Luis Sandoval y su innegable calidad literaria.
Se trata de una selección de quince textos inicialmente publicados en el periódico tapatío El Informador entre los años de 1974 al 2005, que el cronista de San Pedro Tlaquepaque, ingeniero Bernardo Carlos Casas, compiló y puso a disposición del doctor Ulises Íñiguez Mendoza, quien hizo la selección y presenta la obra.
La edición, que consta de 176 páginas en papel bond ahuesado, formato vertical, tamaño media carta y pasta dura, ha salido de la imprenta tapatía Procrea en un tiraje de 300 ejemplares, que podrán adquirirse en la oficina del templo de Santa Teresa (Morelos 525, zona Centro, Guadalajara).
De imprescindible lectura…
El libro en cuestión rescata una parte de la copiosa producción que al tema de la persecución religiosa en México en su fase de resistencia activa, la Guerra Cristera, que va de 1927 a 1929, ha dedicado el periodista y literato Luis Sandoval Godoy (El Teúl, Zacatecas, 1927), y que ha dado pie en su copiosa producción bibliográfica a diversos títulos: Inéditos de la Cristiada, San Cristóbal Magallanes, El último cristero, San Agustín Caloca, La sangre llegó hasta el río (una de las nóvelas del género más encomiadas), Por el signo de la cruz, Señas de San José Isabel Flores y Glorificados en Cristo.
En sus páginas recoge uno, casi siempre de labios de actores y protagonistas de esa gesta, el doliente reclamo que a la distancia de 90 años leemos con emoción y estupor los descendientes de una generación que sufrió en carne viva la ocurrencia de un Presidente de México, Plutarco Elías Calles, que para descatolizar a la nación impuso unas leyes más que jacobinas, antirreligiosas, facilitando a las autoridades civiles de entonces cometer tropelías tan aberrantes contra la población indefensa como fueron ejecuciones sumarias, actos de tortura y violencia, despojo de bienes, suspensión de las garantías individuales y reconcentración de los habitantes de las rancherías en las cabeceras municipales.
Su contenido
Los textos seleccionados llevan los títulos siguientes: Lo que vio y lo que no vio Jean Meyer, San Julián el Alto, Jalisco; Un testigo de la cristera, La batalla de Cuquío, Cristeros caídos, La última batalla, El armisticio, San Miguel, irradiación del espíritu alteño; Don Victoriano Ramírez, El Catorce; Los restos de un luchador alteño, La novia de El Catorce, El desamor de Jovita, El padre Robles ante dos testigos, Cartas cruzadas en torno a la Cristiada y Arreglos y desarreglos de la Cristiada.
Leídos en su conjunto, ofrecen una visión sumaria de lo que ocurrió al tiempo que el gobierno callista echó mano del Ejército Federal para reprimir la fe de los católicos mexicanos, que indispuestos por ello tomaron las armas no en una mera rebelión o movimiento armado, sino en una lucha desigual de resistencia activa que se fue consolidando hasta producir una gesta que la posteridad ha ido valorando cada vez más y en la que descansan las premisas que mucho antes de la tardía derogación de las leyes anticlericales de la Carta Magna, en 1992, hicieron posible, a partir de 1940, que esa legislación se dejara de aplicar o se atenuara al máximo.
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