El Papa explica en el mensaje que en el encuentro que celebran “quieren orar y reflexionar juntos para que el Señor les conceda una mayor profundidad en la vivencia de vuestro carisma, y así, ahondando en el carisma recibido, sigan siendo un regalo para la Iglesia y para el mundo”.
Francisco destaca que “contemplación y acción” es propio de este carisma ignaciano y explicó que “sólo podemos entrar en el corazón de Dios a través de las llagas de Cristo, y sabemos que Cristo está llagado en los hambrientos, los ignorantes, los descartados, los ancianos, los enfermos, los encarcelados, en toda carne humana vulnerable”.
“Este reconocer el don y la gracia que el Señor les ha concedido en estos años los ha de llevar, en primer lugar, a una humilde acción de gracias, porque Jesús se ha fijado en ustedes más allá de sus cualidades y virtudes. Pero al mismo tiempo, esto supone una llamada a la responsabilidad, a salir de ustedes mismos e ir al encuentro de los demás, para alimentarlos con el único pan capaz de saciar el corazón humano: el amor de Cristo. Que la ‘ilusión gnóstica’ no los desoriente”.
“Conducirse con un estilo de vida cristiano, de intensa vida espiritual y de trabajo por el Reino, significa dejarse plasmar por el amor de Jesús, tener sus mismos sentimientos”, subraya.
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