"El verdadero problema se encuentra en la estructura y ejecución del estudio, que tiene sus propios problemas devastadores", asegura Stanton
1.- Es un estudio activista
A juicio de Atanton, no estamos ante un estudio académico, dsapacionado, que se haga preguntas, examine los datos y obtenga respuestas. Se trata a su juicio "de una herramienta de persuasión orquestada, dirigida y financiada" por el lobby LGTBI. Aún peor, los supuestos investigadores "no son académicos en el campo general y más amplio del desarrollo infantil y la formación familiar", sino que todos sus trabajos se centran en cuestiones relacionadas con el lesbianismo y casi exclusivamente consultan estudios publicados sobre cuestiones LGTBI. El obtuso rango de visión científica que muestra este sesgo supone que la investigación es "profundamente limitada y problemática". Además, la financiación no deja lugar a dudas sobre que se trata de un estudio 'de parte', Ahí están, por ejemplo, The Gill Foundation, el mayor emporio financiador de causas políticas y sociales LGTBI; el Lesbian Health Fund de la Gay Lesbian Medical Association; y el Instituto Williams, en el que la investigadora principal Nanette Gartrell es académica visitante. [caption id="attachment_102882" align="alignnone" width="1280"] Nannette Gartrell es una reconocida activista lésbica y poliamorosa.[/caption] En principio, se podría aducir, la publicación no tendría que verse influida por la clase de financiadores e investigadores que tiene. Pero, ¿y si se tratase de un estudio sobre un nuevo medicamente financiado por personas interesadas en el resultado?, se pregunta Stanton, quien en todo caso incide en que "el verdadero problema se encuentra en la estructura y ejecución del estudio, que tiene sus propios problemas devastadores".2.- Serios problemas de muestra
Parece obvio que el número de niños analizados, primero 84, ahora 77, resulta un universo excesivamente pequeño para extraer conclusiones con fundamento. Más aún, cuando el propio informe explica que las mujeres fueron contactadas de una forma casi casual, nada científica, a través de "contactos informales y referencias de boca en boca" y "solicitadas a través de anuncios en eventos lésbicos, en librerías de mujeres y en periódicos de lesbianas". Además, todas las parejas están localizadas en Boston, Washinton DC y San Francisco; el 94% son de raza blanca; el 82% de clase media y alta y mayoritariamente universitarias (67%). Más de 8 de cada diez tenía trabajos profesionales o de gestión, con una edad cercana a los treinta y tantos años y en general, con una extraordinaria salud.¿Cómo creen que colaborarán estas mujeres en un estudio que cuestiona su calidad como posibles madres adoptivas?"Estas no son lesbianas típicas, mucho menos parejas de la población promedio, sino altamente privilegiadas y socialmente únicas", explica Stanton. Tan es así, que los propios responsables del estudio explican que "los resultados deben interpretarse con precaución", advertencia sistemáticamente silenciada por los altavoces entregados a la ideología de género y los grupos de presión LGTBI.
3.- Participantes altamente motivados
Para Stanton, aún más problemático que la calidad de la muestra por su selección y situación socioeconómica sesgada, el hecho de que las participantes estén "fuertemente identificadas como lesbianas". ¿Cómo creen que colaborarán estas mujeres en un estudio que cuestiona su calidad como posibles madres adoptivas? De hecho, todas las que se enteraron por los medios antes descritos de la realización del estudio, tenían que ser proactivas para entrar en él. Tal y como reconoce el estudio, "todas las personas que llamaron interesadas se convirtieron en participantes". De tal forma que, "todas son madres lesbianas altamente motivadas, reunidas a través de lo que los investigadores llaman bolas de nieve o muestras de convenienciaa través de la cultura lésbica política", explica Stanton. Pero hay más. No solo están hipermotivadas, sino que además se les pidió que "autoinformaran" del desarrollo de sus hijos, en vez de ser objeto de una observación objetiva. Y vuelve la pregunta: ¿Cómo creen que colaborarán estas mujeres en un estudio que cuestiona su calidad como posibles madres adoptivas?4.- Hallazgos que contradicen la mayoría de los estudios
El cuarto aldabonazo sobre la credibilidad del estudio que ensalza las bondades de la crianza de menores a manos de dos mujeres lesbianas estriba en que sus conclusiones chocan con la inmensa mayoría de los estudios generales sobre crianza de menores. Así, explica Stanton, niguno de los estudios sobre niños criados en hogares muy diferentes (heterosexuales sin un progenitor, divorciados, cohabitantesm viudos, adoptivos o en familias de acogida) ha arrojado un dato similar respecto al desarrollo de los menores comparable al de aquellos criados en familias heterosexuales cuyos padres biológicos están casados."Si los hallazgos de NLLFS son creíbles, indican que las familias encabezadas por lesbianas son las nuevas súper familias" expone Stanton con sarcasmoSin embargo, Stanton denuncia que el estudio prolésbico en cuestión encuentra que "las familias encabezadas por lesbianas son la primera forma familiar divergente que produce 'todos' los mismos beneficios que las familias naturales". ¡Oh, casualidad! Pero no queda ahí, porque, puestos a contradecir toda la investigación anterior, no hay que ponerse límites. El estudio publicado en The New England Journal of Medicine expone que "los adolescentes demostraron niveles más altos de competencia social, escolar /académica y total que las muestras normativas de igual género de los adolescentes estadounidenses". Y tal vez el dato no sea incierto, pero no tanto por la lesbianidad de las mujeres que crían a esos niños, sino "a las características extremadamente favorables d elos hogares lésbicos que participan en este estudio", aclara Stanton.
5.- Cuando hay ruptura entre lesbianas ¿los niños no sufren?
Otro dato significativo hace saltar las alarmas sobre la credibilidad del estudio y parte deuna contradicción. En primer lugare, se reconoce que ne las parejas de lesbianas hay una "tasa de disolución" mucho mayor que entre las parejas heterosexuales. Del 56 al 36 por ciento, nada menos. Pero esto no parece alterar las conclusiones de los investigadores, antes al contrario, aseguran que en términos de bienestar infantil esto no supone un factor negativo, como sí sucede con los hijos que asisten a la ruptura entre su padre y su madre. "Si los hallazgos de NLLFS son creíbles, indican que las familias encabezadas por lesbianas son las nuevas súper familias. Muestran mejores resultados que los hogares encabezados por madre /padre. La segunda madre tiene más consecuencias positivas que un padre y cuando estas parejas se separan no hay daños para los niños", expone Stanton con sarcasmo.También te puede interesar:
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