Yara Martínez González
Con un llamado a ser corresponsables en la misión de la Iglesia, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, celebró el Día del Párroco, en compañía de Sacerdotes de la Diócesis.
Reunidos en el Deportivo Morelos, el pasado jueves 2 de agosto, los Presbíteros participaron en la convivencia que, año con año, se organiza con motivo de la festividad de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, y Patrono de los Párrocos.
Como ya es tradición, la celebración inició con la Oración, en la que los asistentes agradecieron a Dios Nuestro Señor por su ministerio. Posteriormente escucharon las palabras de Mons. Héctor López Alvarado, Obispo Auxiliar de Guadalajara, quien exhortó a los presentes a que “generemos entre nosotros la capacidad de escucha, de acogida, de corrección fraterna y de conforto en las tribulaciones de la vida, a fin de poder ser y actuar como presbíteros, pastores del Pueblo de Dios, al estilo de Jesús”. Además los invitó a colaborar con el Orden Episcopal para reavivar el fuego del don de Dios que recibieron por la imposición de manos.
Unión ante la adversidad
Por su parte, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, reconoció la labor de los Sacerdotes al frente de sus comunidades, y agradeció su disponibilidad y su espíritu de obediencia, a pesar de que en ocasiones, no les es fácil aceptar un cambio de Parroquia.
“Tengo que reconocer, en general, la gran disponibilidad y obediencia de todos, siendo consciente de que, a veces, no es fácil aceptar un cambio, una propuesta de otra comunidad, sin embargo, yo siempre percibo su buen espíritu de obediencia y su total disponibilidad. Quiero, también, felicitarlos y reconocer su acogida, en general, al proceso de pastoral que llevamos, también consciente de que a algunos les cuesta un poquito más, les cuesta aceptar que tenemos que afrontar nuestra realidad pastoral de forma conjunta, con criterios comunes, con análisis verdaderamente en comunión, eclesiales, y con una participación organizada y disciplinada de todos los laicos”.
“No cabe duda que la reflexión, las conferencias, los trabajos en grupo nos van a dar muchas luces para enfrentar esta realidad que, a veces, la percibimos difícil, la percibimos complicada, y de momento no encontramos cómo enfrentarla, es decir, somos conscientes de que está cambiando aceleradamente la sociedad, el modo de ver de nuestros fieles, incluso, de ver la vida. La Iglesia está cambiando y, a veces, nos sentimos sorprendidos ante ese cambio y no vemos por dónde acompañar, por dónde señalar el camino”.
Finalmente los Sacerdotes pudieron convivir en un ambiente de alegría, enmarcado por la música del mariachi, que amenizó la recepción.
Yara Martínez González
Como una clave para despertar el interés y la obligación que tienen las autoridades para aclarar los casos de personas desaparecidas, calificó el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, a los hechos suscitados en una finca de la colonia Santa Elena de la Cruz, en Guadalajara, donde hasta el domingo pasado, se habían encontrado diez cuerpos.
Cuestionado al respecto al término de la Misa de clausura de Cruzadas Matrimoniales, en el Auditorio Benito Juárez, el Purpurado reiteró lo que ya en varias ocasiones había manifestado sobre la crudeza con la que vive la sociedad, y a la que calificó como una expresión del desprecio al valor de la vida.
“Esa pudiera ser una pauta, una clave como para despertar el interés, la obligación, el deber grande que tiene la autoridad de que estos hechos sucedan, y de aclarar qué pasó cuando se dan estos casos. Es muy penoso, lamentable y grave que se esté evidenciando la crudeza de la violencia y ese ensañamiento contra la vida humana, contra el valor de la vida. Yo he dicho en otras ocasiones, es expresión de la inseguridad, sí, pero es también una expresión del desprecio del valor de la vida que se da en muchas personas”.
Sobre la modificación, que en días pasados, hizo el Papa Francisco, al Artículo 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica, donde declaró como inadmisible la pena de muerte, el Obispo Metropolitano señaló que hay que entenderla en el contexto que ha tenido la Iglesia a favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
“Primero hay que entender esta reforma leve, pero muy importante que hace el Papa, del Catecismo de la Iglesia Católica. Hay que entenderla en el contexto de la lucha perenne que tiene la Iglesia a favor de la vida, la vida es el don más grande, más sagrado que tenemos desde su concepción hasta su muerte de forma natural. Esa es una lucha que la Iglesia ha librado a través de los siglos defendiendo y promoviendo la dignidad de la vida”.
Finalmente sobre el proceso de entrega-recepción, que se realiza en el Ejecutivo del Estado, el Cardenal Robles Ortega, aseguró que, al igual que todos los ciudadanos, espera que éste sea transparente, claro y de forma pacífica, sin que se descuide la seguridad pública que, estos momentos, es el principal reto.
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