En su programa “Claves para un Mundo Mejor”, en Canal 9, Mons. Aguer recordó algunos episodios del reciente Encuentro Mundial de las Familias 2018 en Irlanda, y lamentó que ese país “se ha descristianizado, se ha descatolizado y es una norma que se cumple inexorablemente”.
“Allí donde van desapareciendo los principios cristianos en su vigencia pública, allí donde los católicos no viven fervorosamente su fe y no la hacen presente en el orden social allí la sociedad se va deshumanizando, detrás está esta cuestión, que es una mala filosofía, que es rechazar que exista una naturaleza humana. Un problema gravísimo de la cultura de hoy, que lo invade todo”, dijo.
El prelado argentino lamentó que “no solo en Irlanda sino aquí también la mayor parte de la gente no se casa sino que convive. ¿Cuánto dura esa convivencia? Unos años, diez años a lo sumo y aún en los matrimonios parece que no tienen paciencia y no duran”.
“Los chicos se ponen de novio muy temprano, a los 14 o 15 años, y lo que hacen enseguida es ir a la cama. Las relaciones prematrimoniales son un hecho social y el que no lo hace es mirado como un bicho raro porque ‘lo hacen todos’ y, entonces, hay que hacer lo que hacen todos”.
“¿Entonces de dónde se forman las futuras familias cristianas que son plenamente humanas? Creo que la única posibilidad es que muchachos y chicas, verdaderamente cristianos, que vivan en serio su fe, se conozcan entre sí, se elijan entre sí, reconozcan los mandamientos de la ley de Dios -que expresan y aclaran la ley natural- y con la ayuda de la gracia vivan en castidad su noviazgo”, señaló
Para Mons. Aguer es necesario que los jóvenes pasen por el noviazgo y formen familias cristianas. “Creo que es eso lo que hay que hacer, porque si no estamos listos a nuestros chicos y chicas, por mejores que sean, se los traga esta sociedad secularizada, deshumanizada, descristianizada”.
El Arzobispo Emérito de La Plata recordó que Jean Paul Sartre, filósofo francés y ateo, “decía: ‘si Dios no existe todo está permitido’. Y es así: donde afloja la fe en Dios, donde se borra la fe cristiana, la vida cristiana concreta, todo está permitido y cualquier cosa puede pasar”.
“La inversa de esta frase también me parece que es válida: ‘si todo está permitido Dios no existe’. Es decir, si uno hace lo que se le canta, si uno no tiene norma ética ninguna, si uno no acepta el paradigma de la naturaleza humana, es como si Dios no existiera. Es una especie de ateísmo práctico”.
El prelado aseguró que debemos “animarnos a cuidar a nuestros chicos y chicas y a mostrarles un ideal de la familia no de una manera romántica, todo lindo, etc., porque todo eso no sirve de mucho si uno no ayuda a esos chicos y chicas a vivir cristianamente, a reconocer el sentido plenamente humano de la sexualidad y esperar hasta que llegue el momento conveniente para expresar físicamente el amor”.
El momento adecuado para las relaciones sexuales de pareja, precisó, “es cuando están casados, porque el acto sexual tiene dos significados que no deben ser separados artificialmente para buscar un placer egoísta que usa al otro, o se usan recíprocamente”.
“El acto sexual es expresión física del amor maduro y gesto por el cual se transmite la vida humana. Separar artificialmente estos dos significados es impúdico, es una perversión”, señaló.
Mons. Aguer alentó a “hablar claramente con los chicos, sin falsos pudores, y hacerles comprender que con la gracia de Dios es posible lo que parece tan difícil. En esto se juega la condición cristiana y la dignidad humana: ‘yo no hago lo que hacen todos; ¿y qué?’”.
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