Gloria Aguilar
Muchas de las psicopatologías de la mente infantil tienen su origen en la calidad de la percepción, proceso que se integra desde la llamada primera infancia o primer año de vida.
“Todo deja huella en la mente evocadora, o de recuerdo, no porque se trate de un recién nacido significa que no sucede, no podemos pensar en que el niño no esté aprendiendo en un ambiente de discusión constante, de soledad, de desapego de sus padres y que no vaya a repercutir, así la mente lo evoque o no, el recuerdo existe”.
En el primer año de vida, el niño desarrolla su sensopercepción a partir de los estímulos que recibe y que va asociando como imágenes mentales que van cargadas de afecto o emotividad, señaló el titular del Servicio de Paidopsiquiatría de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Hospital de Pediatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, José Ignacio Rendón Manjarrez.
“Si la calidad de la percepción del niño se ve afectada desde un principio, estará alterada para toda la vida” subrayó el galeno y explicó que la percepción en la mente del niño, se va formando en base a la herencia y la cultura que cada individuo carga, de tal forma que desde el vientre materno se va forjando la salud mental de una persona.
“La mente no es una hoja en blanco, hay incrustaciones previas, tuvo una preparación durante nueve meses”.
Agregó que, a través de lo que percibe un niño o individuo adulto, se formulan juicios y preceptos que rigen la conducta de por vida, por lo tanto, si la percepción es saludable y cimentada en afectos positivos, su comportamiento será sano y tendrá una mayor adaptación a su entorno.
Finalmente, señaló que la mente humana tiene característica altricial, es decir, que debe madurar a la par del proceso mental, de ahí la importancia, para un niño, de tener acompañamiento afectivo, principalmente de la figura materna.
MENOS CELULAR, MÁS SALUD
Retrasar el uso del celular en los adolescentes puede prevenir situaciones conflictivas a futuro como la dependencia y disminución del rendimiento escolar.
Las nuevas tecnologías y el uso intensivo de dispositivos inteligentes es una realidad que no se puede ignorar, pero su empleo desmedido puede derivar en una serie de adicciones, principalmente entre los jóvenes, alertó la psiquiatra Julissa del Rosario Ibáñez Ruelas, especialista del IMSS.
“Retrasar el uso del celular en los adolescentes puede contribuir a que los padres prevengan situaciones conflictivas a futuro, sobre todo, porque el uso constante de dispositivos electrónicos genera dependencia, la cual puede ocasionar disminución en el rendimiento de tareas escolares o laborales tratándose de personas adultas”.
Advirtió también que hay una constante en las manifestaciones adictivas: “Cuanto más temprano les dan los papás el celular, la adicción es mayor y aumenta el aislamiento familiar”.
Comentó que de los 13 a los 22 años de edad, es la etapa en que se desarrolla una mayor adicción al uso de los aparatos, en donde también pueden influir factores como una baja autoestima y la necesidad de aceptación que, puede repercutir no sólo en las relaciones sociales del individuo, sino también en su desempeño en diversos momentos y circunstancias, “como el ámbito laboral, ya que no se van a cumplir al cien por ciento las obligaciones laborales, mientras se hagan ambas acciones simultáneas”.
Finalmente, indicó que tener aparatos eléctricos encendidos cuando no es necesario hacerlo, así como dormir con el celular a un lado, puede contribuir a incrementar estados ansiosos, toda vez que el cerebro no descansa por dichos artefactos.
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