Según informan en una nota de prensa, de acuerdo con los expertos, cada año 27 millones de personas en necesidad de cuidados paliativos no tienen acceso a ellos.
Según los estudios que cita el documento, se estima que para el año 2040 la proporción de habitantes que necesitarán estos cuidados se incrementará del 25% al 47%, debido al aumento de la esperanza de vida y la persistencia de enfermedades crónicas e infecciosas.
Por eso lamentan que “una mayoría de la población, especialmente en países en vías de desarrollo”, no tenga acceso a cuidados paliativos.
En el documento se subraya la necesidad de reconocer los cuidados paliativos como un derecho básico de la persona y la familia.
Además, los autores han identificado varios grupos clave para el desarrollo de estos cuidados y recogen diversas sugerencias para que cada uno pueda realizarse adaptándolo a las peculiaridades de cada país y región.
A los responsables políticos se les recomienda “modificar estructuras sanitarias, políticas y modos de evaluar los resultados para garantizar un acceso universal a los cuidados paliativos para todos aquellos que los necesitan”.
A las universidades animan a incluir “cursos obligatorios de paliativos como parte del currículo de pregrado en las titulaciones relacionadas con la salud”. Sugieren que enfaticen el trabajo interdisciplinar y que combinen teoría y práctica.
En relación con los profesionales de paliativos animan a que “reciban la certificación apropiada”, lo que implica reconocer el proceso de especialización para esta disciplina, y que se realicen cursos de formación continua para todo tipo de profesionales.
En hospitales y centros de salud piden garantizar un acceso rápido a los medicamentos que la OMS considera esenciales en estos casos, y aceptar en su estructura los servicios de paliativos “como un imperativo ético y moral”.
Las asociaciones de cuidados paliativos son otro grupo clave, por eso el documento insiste en su papel para la promoción eficaz y la colaboración con los gobiernos a la hora de implementar estos cuidados en el marco político internacional, “incluyendo las convenciones, resoluciones y declaraciones en sus respectivos países”.
Según informan desde la Universidad de Navarra, esta iniciativa se enmarca en el proyecto PAL-LIFE, un grupo de trabajo internacional que la Pontificia Academia para la Vida puso en marcha en 2017 para asesorar a la Iglesia Católica en el desarrollo continuado de los cuidados paliativos en el mundo.
También aspira a promover una cultura de comprensión hacia la enfermedad y el sufrimiento, que favorezca que los pacientes acepten la muerte con serenidad y los profesionales sanitarios cuiden de forma integral a las personas con enfermedades avanzadas.
Puede consultar el documento completo AQUÍ.
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