Dulce Natalia Romero Cruz,
Rebeca Ortega Camacho,
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
“Fue un encuentro fraternal, provechoso, para encontrarse con personas de espacios diversos, para compartir problemáticas, anhelos y compromisos”, afirmó el Cardenal Lluís Martínez Sistach, Arzobispo emérito de Barcelona, España, quien al presidir la clausura del Primer Encuentro Continental de Pastoral Urbana, “La alegría del Evangelio para las grandes ciudades”, subrayó que fue un “diálogo, encuentro y oración” y exhortó a los participantes, “conservemos el espíritu de estos días”.
Del 9 al 11 de octubre, cerca de mil personas -representantes de 17 países (3 Cardenales, 4 Arzobispos, 10 Obispos, Consagrados y Laicos) compartieron experiencias y nutrieron su formación pastoral, con el apoyo de seis conferencias magistrales, cinco paneles de expertos en diferentes disciplinas y 30 mesas de trabajo, durante tres días de estudio y trabajo en la Universidad del Valle de Atemajac (Univa).
Un gran Evangelio
para una gran ciudad
En América Latina el sistema neoliberal capitalista transformó las ciudades; sus periferias se convirtieron en ‘ciudades dormitorios’ y concentran el mayor número de población en condiciones de pobreza, desigualdad, hacinamiento, con severos problemas de movilidad. La gente que más sufre es la de las periferias, afirmó el Presbítero Raúl Martínez Arreortúa, maestro en Pastoral Urbana y miembro de la Red de Pastoral Urbana en México.
Al ofrecer la conferencia “Bienaventurados los que viven en la ciudad”, señaló que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha confirmado que, en la mayor parte de nuestro continente, será imposible frenar este crecimiento desmedido.Esta realidad, destacó, debe motivar a las mujeres y hombres de Iglesia a “trabajar por el bien común y el bien de la sociedad” para contrarrestar un sistema que genera violencia, pobreza, individualismo, exclusión, migración, tristeza, angustia, soledad y frustración.
“No debemos hablar tanto de Jesús, sino actuar como Jesús. Ser testigos en la ciudad. En los nuevos procesos de Pastoral Urbana no se resta se suma; debemos mantener lo que estamos haciendo, pero que no ha sido suficiente, hay que arriesgarnos a abrir el panorama. Ante este modelo global neoliberal, tiene sentido en nuestra pastoral lo débil, lo frágil y lo local”, concluyó el Padre Raúl Martínez.
A su vez el Pbro. Celestino Aós Braco, religioso que trabaja en la Arquidiócesis de México, en su conferencia “Bienaventurados los humillados en la ciudad”, recordó a los asistentes que “Jesucristo llamó felices a los empobrecidos” y conminó a evangelizar con empatía:
“Debemos reconocer que todos somos personas. Y si queremos anunciar el Evangelio entre los excluidos, pues debemos ponernos en su lugar y mirarlos con los ojos de Cristo.
“Empezar por nuestra Parroquia y saber cuántos son, quiénes son, qué metas tienen, qué quieren. Si yo quiero dar la Buena Nueva lo primero que tengo que hacer, es saber qué tan convencido estoy de que ellos, los excluidos, son dichosos.
“No se puede estar tranquilo en casa cuando falta la justicia en otras. La pobreza es causada por el orgullo, la avaricia, la arrogancia y la prepotencia. Tenemos fobia a los pobres y no nos damos cuenta de que del único que nos estamos alejando es de Cristo”.
Evangelizadores
con espíritu
El anuncio del Evangelio en las urbes exige un cambio de 180 grados, “se trata de que la pastoral de la ciudad pase de un paradigma cultural al misionero, del clerical al laical, del sacralismo al reconocimiento de la vida sagrada en el continuo vivir”, aseveró el Dr. Hosffman Ospino, al abordar el tema “La ciudad requiere evangelizadores con espíritu”.
Profesor Asociado de Teología, en The Boston College, el Dr. Ospino manifestó: “No somos los primeros cristianos en enfrentarnos a la Pastoral Urbana, llevamos 2000 años. Las preguntas de fondo son muy similares a las que se hicieron los primeros cristianos, muy similares a los cristianos en Roma, muy similares a los que se hicieron los misioneros en Vietnam, los misioneros al llegar a las urbes del Nuevo Mundo, después de la conquista.
“No podemos avanzar nuestro diálogo de la Pastoral Urbana, sin hacer un ejercicio para recuperar lo que otros cristianos han realizado. Hacer estudios serios que nos permitan profundizar en la sociología, antropología, planeación urbana, etc. Si aceptamos que es el Espíritu Santo el que nos guía, necesitamos un nuevo Pentecostés. Así como hablamos de una Nueva Evangelización, el nuevo Pentecostés, no es un nuevo Espíritu Santo, es el llamado y estar dispuestos a reconocer a Dios en el contexto de la ciudad, es un llamado de conversión pastoral y misionera”.
En este reto, remarcó que los agentes de pastoral deben ser dóciles al Espíritu Santo para atender los nuevos desafíos.
“Los agentes pastorales más efectivos en el contexto humano, no son los que han perdido el protagonismo; la Pastoral Urbana nos está exigiendo una reconfiguración de cómo se designan las responsabilidades pastorales. Se necesitan agentes bien formados en un contexto urbano; evangelizadores con espíritu, es decir, evangelizadores que reciban sin temor el poder del Espíritu Santo”.
“Evangelizares que descubran el potencial de los que se encuentran; evangelizadores que rescatan a los pobres, para cubrirlos del amor misericordioso de Dios; evangelizadores que denuncian todo aquello que no nos deja crecer en la vida y relacionarnos con Dios; es necesario el cambio de mentalidad de los agentes de pastoral”, puntualizó el Dr. Hosffman Ospino y enfatizó que en la Pastoral Urbana es urgente “el protagonismo de los laicos en la Nueva Evangelización”.
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