Rebeca Ortega Camacho
Alrededor de 140 miembros activos, integran actualmente la Comunidad Ciudad de Dios. Francisco Javier Cruz Luna, Coordinador General, manifestó su alegría por esta celebración. “Es una confirmación de una vocación. Fundamos está asociación laical como una respuesta al llamado del Señor para trabajar como laicos en la Evangelización de otros laicos y también en la realización de apostolados. Para mí, ha sido una respuesta al Señor y una realización como persona y como cristiano católico”.
Cómo nació?
A principios de 1984, un pequeño grupo de empresarios y profesionistas movidos por la acción del Espíritu Santo, se reunían con la idea de apoyar al Movimiento de Renovación Cristiana en el Espíritu Santo. En agosto del mismo año, se organizó el Primer Encuentro de Evangelización Fundamental; así mismo, se constituyó el primer concejo que en aquel tiempo dirigía al “Ministerio de Empresarios Católicos”, equipo que fincó los cimientos de la Comunidad.
“Esta comunidad tomó el nombre de “Comunidad de Dios”, nombre profético, además de misionero, ya que el Señor nos llama a trabajar para que Guadalajara llegue a ser la Ciudad de Dios”.
Al incrementarse los cursos, tanto de Evangelización Fundamental, como de Crecimiento, aumentó también el número de miembros; así, a principios de 1988 se detectó la necesidad de dar un gran paso que permitiera: Continuar y consolidar la conversión; ordenar el crecimiento personal y comunitario; establecer un compromiso específico y crear un ambiente de familia. Después de tener los estatutos bien formulados y estructurados, se recibió el consentimiento del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, entonces Arzobispo de Guadalajara, el 6 de marzo de 1990, para un periodo “Ad Experimentum” de cuatro años. Finalmente, el 8 de diciembre del 2000, Año Santo, Fiesta de la Inmaculada Concepción de María, el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez aprobó mediante decreto, tanto la Asociación de Laicos “Ciudad de Dios” y sus estatutos internos.
Misión y objetivos
La misión de la Comunidad Ciudad de Dios, consiste en organizar, capacitar a sus miembros para trabajar en la Nueva Evangelización, participar en la vida litúrgica, promover y realizar obras de apostolado y caridad. Todo esto iluminado y soportado en la Palabra de Dios, en la tradición y en el Magisterios de la Iglesia Católica – especialmente la Doctrina Social – y en concordancia con el Plan Diocesano de Pastoral.
Entre sus objetivos se encuentran, el motivar, coadyuvar y capacitar a sus miembros para que, a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia lleguen a ser: Hombres y mujeres de profunda vida interior; esposos y padres de familia verdaderamente cristianos; agentes de conversión y testimonio de vida cristiana en sus empresas y ambientes de trabajo; auténticos líderes cristianos, capaces de influir en los ámbitos empresarial y social; apóstoles de Jesucristo Resucitado y servidores de la Iglesia, comprometidos en el servicio a los más necesitados a través de obras de apostolado y caridad.
Javier Cruz, un laico comprometido que entre otros cargos, ha formado parte de la Pastoral Familiar, Pastoral Laical, fue miembro del Concejo Editorial de Semanario, señaló: “Hago un llamado a los laicos a participar activamente en nuestra Iglesia; sabemos que está siendo muy atacada y es una obligación, un derecho de los laicos a participar, ejerciendo los tres ministerios que recibimos en el Bautismo: Profeta, Sacerdote y Rey. Todos podemos y debemos participar en la vida de la Iglesia”.
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