Sissi Arámbula Murillo
Ejecuciones, fosas clandestina y cuerpos sin identificar marcan el panorama actual de Jalisco, estado que en las últimas semanas ha figurado en los titulares de los medios de comunicación, no sólo locales, sino nacionales e internacionales.
El arrendamiento de tráileres para la conservación de los restos de los fallecidos a falta de espacio en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), ha sido noticia desde el pasado 16 de septiembre, en que se conoció públicamente de su existencia. Uno de ellos albergaba 273 cuerpos aún sin identificar.
La caja refrigerante estuvo resguardada desde julio pasado en una bodega ubicada en la colonia La Duraznera, en el municipio de Tlaquepaque. Debido a los fétidos olores y las múltiples quejas de vecinos de la zona por la presencia de estos cadáveres, la alcaldesa, María Elena Limón, solicitó la remoción inmediata del automotor.
Así comenzó el andar del que más tarde sería llamado “el tráiler de la muerte”, que a su paso por las calles de la ciudad, captó la atención de los ciudadanos. Tras su escala en la Villa Alfarera, el camión fue colocado en un predio, a cielo abierto, en Tlajomulco de Zúñiga, donde, de nueva cuenta los pobladores alzaron la voz y solicitaron fuera retirado del lugar.
Finalmente, y después de dos funcionarios cesados, el repudio internacional y la indignación de cientos de colectivos y la población en general, el vehículo de carga fue regresado a las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
El primer funcionario en ser retirado de su cargo, fue el ahora ex titular del IJCF, Luis Octavio Cotero Bernal, quien afirmó que la decisión de rentar contenedores móviles de refrigeración para el resguardo de los cadáveres, fue tomada desde el año 2016, por el entonces Fiscal General de Estado, Eduardo Almaguer Ramírez.
Asimismo, aclaró, que este no es un problema nuevo, ya que la dependencia de la que estuvo al frente, se encuentra rebasada tanto en espacio físico, como en personal. Ante esta problemática, dijo, solicitó en diversas ocasiones que el presupuesto designado le fuera aumentado, petición que fue ignorada, por lo que responsabilizó a la Fiscalía General del Estado, de la reubicación de los cuerpos. Más tarde, llegó el cese de Fiscal General del Estado, Raúl Sánchez, quien no se ha pronunciado al respecto.
Con la remoción de ambos funcionarios públicos, para el gobierno estatal inició una ola de críticas que evidenciaban la falta de claridad en la información y la carencia de protocolos y estatutos que garanticen el trato digno de las víctimas, así como la indiferencia ante el tema de los desaparecidos.
Colectivos como “Por Amor a Ellxs”, han manifestado su indignación por el trato que se ha dado a los cuerpos, la falta de voluntad de las autoridades correspondientes para frenar la violencia, así como el escaso presupuesto en el IJCF.
aún después de morir
Al respecto el Pbro. Daniel Hernández Rosales, Capellán de Santa María de Gracia, recalcó la importancia de darle un trato digno a los cadáveres, así como una cristiana sepultura, ya que “todo cuerpo humano merece respeto desde su concepción hasta su muerte, una vez que la persona ha fallecido, merece ser tratada con el mismo respeto”.
Sobre la sana doctrina de la fe católica, señaló que “el cuerpo merece trato digno y respetuoso. Además se les deberá ofrecer una paz y tranquilidad a los familiares que le sobreviven, ya que creemos y afirmamos la resurrección, porque para nosotros es la fe y la esperanza que nos anima a ese tratar bien al cuerpo que ya no tiene vida, ya que el ser sigue existiendo en Dios”.
Del deambular de los cuerpos en una cámara refrigerada, el Presbítero exhortó a las autoridades a buscar a los familiares de las víctimas.
“Los familiares de los fallecidos deben de ser ubicados para darles la tranquilidad que todos anhelamos. Cuando sabemos que alguien fallece pedimos por ellos en la oración, cuando las personas están en la zozobra de encontrar a algún familiar no descansan, porque no pueden rezarle, no tienen paz porque no saben en dónde está su cuerpo. Por eso pido, que conforme a la ciencia que existe hoy en día, se identifiquen y se entreguen a sus familiares”.
Finalmente, agregó que es necesario que las personas encuentren un lugar dónde descansar, dónde ir a orarle a su familiar con paz y tranquilidad.
“Cuando la persona deja este mundo el alma se desprende, y se tiene un juicio personal ante Dios, y es ahí donde quedará juzgada. Que estos cuerpos deambulen por la ciudad no quiere decir que sus almas se muevan de un lugar a otro, es responsabilidad de la autoridad identificar a estos cuerpos y entregarlos a quien corresponda para su sepultura o cremación, buscando así la tranquilidad de la familia al brindarle un descanso eterno al fallecido”.
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