Ahern señaló que si bien este año las actividades previas a las celebraciones navideñas, como conciertos, concursos escolares, ensayos especiales del coro o ballets, serán canceladas o se verán limitadas debido a la pandemia de COVID-19, aún es posible prepararnos para la Navidad con verdadera “alegría navideña”.
En efecto, el aislamiento, ya sea voluntario o establecido por las autoridades, nos da la oportunidad de tener el “tiempo y espacio” necesarios “para recuperar nuestras tradiciones cristianas en nuestros hogares y parroquias”, dijo. “Si lo permitimos, [este tiempo] nos enseñará cómo esperar a quien buscamos, y qué debemos hacer sabiendo que Él está cerca”, agregó.
Recordó que “en los inicios de la Iglesia, el Adviento se parecía mucho a la Cuaresma: 40 días de preparación para celebrar el nacimiento del Mesías”. Por ejemplo, “en el siglo VI, Gregorio de Tours escribió que los católicos ayunaban los lunes, miércoles y viernes desde la fiesta de San Martín de Tours, celebrada el 11 de noviembre, hasta el día de Navidad”, dijo.
Hoy, el Adviento se celebra solo cuatro domingos y la práctica del ayuno se ha flexibilizado, aspectos que la Iglesia observa desde hace cerca de mil años, indicó. Sin embargo, señaló que la práctica real de la “penitencia de Adviento” casi ha desaparecido por completo de nuestra cultura actual, junto con muchas otras tradiciones cristianas.
Ahern recordó que en el Evangelio de Mateo, “Jesús nos dijo que las multitudes dejaron los pueblos y ciudades, y salieron al desierto para escuchar a Juan el Bautista. De la misma manera, las restricciones de COVID nos han enviado al desierto, lejos de las distracciones”. Así que el Adviento, puede ser un tiempo más tranquilo para escuchar la “voz del que clama en el desierto”, afirmó.
“Así como la observancia de la Cuaresma aumenta el gozo de la Pascua, la observancia del Adviento dará frutos en una alegría navideña que nunca creíste posible”, dijo y alentó a que este año aprovechemos el tiempo de Adviento que Dios nos regala con ayuno, oración y limosna. Por ejemplo, en vez de la fiesta de la oficina, planifiquemos “un tiempo de oración en familia”, y en vez de gastar dinero para las galletas de Navidad, démoslo a los pobres, agregó.
En ese sentido, brindó a las familias 7 formas concretas de vivir el Adviento, “no como una época previa a la fiesta de Papá Noel”, sino como “una ‘mini-Cuaresma’ de oración, ayuno y limosna” que realmente nos ayude a vivir este tiempo de preparación con verdadera alegría navideña.
A continuación, los siete consejos:
1. Reza en torno a la Corona de AdvientoCada noche, antes de la cena, coloca la Corona de Adviento en el centro de tu mesa y reza junto a tu familia antes de dar las gracias por los alimentos, dijo Ahern. Puede incluir una o más lecturas de la Misa del día para la reflexión, e incluso, cantar “Ven, ven Señor, no tardes”, mientras uno de los miembros enciende la vela que corresponda.
En Nochebuena puede continuar con esta práctica, pero agregar una vela blanca al centro de la Corona de Adviento y sustituir el canto de preparación por uno más apropiado para la celebración de la Navidad como “Noche de Paz” o “A Belén, pastores”.
2. Reza el Rosario todos los díasSi siempre has querido rezar el Rosario todos los días, el Adviento es un buen momento. Si en la familia hay niños pequeños, puedes comprometerte a rezar solo una decena del Rosario cada noche en familia.
Aprovecha este tiempo para honrar a la Virgen María y poner a sus pies tus aflicciones. “Ella rezará contigo por la paz de Cristo”, dijo.
3. Ayuna de las redes socialesAhern sugirió realizar un ayuno de las redes sociales los domingos, o varios días de la semana. Esto le ayudará a rechazar la frenética y falsa “alegría navideña” que ofrece el mundo, por el gozo de Cristo. Estos pequeños gestos ayudarán a que los niños recuerden que el Adviento es “como la Cuaresma”.
4. Crea un “playlist” familiar de AdvientoCrear una lista de reproducción de Adviento, como una especie de “banda sonora familiar” para este tiempo especial, puede ayudar a transformar los ánimos de cada miembro de su familia cuando llegue el día de la Navidad.
5. Acompaña a otra familia en necesidadComo una forma de anticipar al Día de los Santos Inocentes, Ahern sugirió acercarse, acompañar y practicar la caridad con una familia que tenga un nuevo bebé o que esté de luto por la pérdida de un ser querido. Puedes invitarles alimentos, escucharlos y rezar junto a ellos, ofrecerles ayuda y pedir a tus hijos que les hagan tarjetas navideñas.
6. Da limosna junto a tus hijosEn Adviento, muchas parroquias organizan campañas de donación de alimentos y ropa para los más necesitados. Anímate a participar en familia. Si bien “sería más fácil para mamá” encargarse ella sola de esta tarea, es bueno involucrar a los hijos, aunque eso signifique más trabajo, pues los ayudará a vivir y recordar la importancia de la caridad en la vivencia de la fe.
7. Anima a tu familia y vayan a confesiónMuchos católicos suelen confesarse solo una vez al año en Cuaresma. Este año, si todavía no te has confesado, prepárate y realiza una buena confesión en Adviento. Si es posible, anima y lleva a toda tu familia para que así, todos los miembros de tu hogar estén listos para encontrarse con el Niño Jesús con los brazos abiertos en Navidad.
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