“¡Papa eres herético!”, gritó el clérigo ortodoxo en dos ocasiones cuando el Papa ingresaba a la casa del arzobispo ortodoxo, Su Beatitud Ieronymos II, en Atenas, con quien sostuvo un encuentro.
Los gritos del hombre alertaron rápidamente a la seguridad personal del Santo Padre y a los agentes de policía que estaban en el lugar y que rápidamente detuvieron al ortodoxo.
Luego del encuentro con el arzobispo Ieronymus, el Papa Francisco se dirigió a la Catedral católica de San Dionisio, para un encuentro con los obispos, religiosos, seminaristas y catequistas.
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