Ante las numerosas informaciones publicadas sobre la exhumación de los restos de Franco y su posible entierro en la Catedral de la Almudena, el Arzobispado de Madrid ha enviado un comunicado para insistir en que “un eventual traslado de los restos mortales de Francisco Franco se debería hacer con el mayor consenso posible, particularmente entre el Gobierno y la familia del difunto”.
El @cardenalosoro pide «que no se implique a la Iglesia en disputas políticas» https://t.co/qX8ZFTRGSh
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) 2 de octubre de 2018Por eso subrayan que “como Iglesia no nos compete valorar la conveniencia ni la urgencia de la modificación legal”, pero sí muestran su “efectiva disposición para acoger en terreno sagrado los restos mortales de un bautizado”.
El Valle de los Caídos se encuentra en la Sierra de Guadarrama, en el valle de Cuelgamuros, a 55 kilómetros de Madrid. Se construyó por deseo de Francisco Franco entre 1940 y 1958 como mausoleo propio y de quienes lucharon en la Guerra Civil española. Es un complejo arquitectónico que cuenta con una cruz -la más alta del mundo-, una escalinata, explanada, basílica y una abadía benedictina.
Franco fue enterrado allí tras su muerte en 1975, así como José Antonio Primo de Rivera, creador de la Falange, el partido político del que Franco era líder. Junto a ellos también reposan los cuerpos de casi 34 mil combatientes de la Guerra Civil de ambos bandos. Se trata de un monumento controvertido, porque para sus detractores es un recuerdo del régimen franquista y la exaltación de la memoria de Franco.
Además, en el comunicado emitido desde el Arzobispado de Madrid insisten en que se debe llegar a un acuerdo entre el Gobierno, las distintas opciones políticas y la familia del afectado.
“Sin perjuicio de lo anterior, la Iglesia acatará el mandato legal una vez sea firme y ejecutivo”, precisan.
En ese sentido subrayan que la Iglesia Católica en Madrid “quiere preservar su independencia política, fomentando el espíritu de concordia entre todos los españoles y cultivando la oración para el logro de una convivencia en paz, justicia y libertad”.
Por eso aseguran que, “desde la sede que ocupó el Cardenal Vicente Enrique y Tarancón, que tanto contribuyó a la Transición, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, pide que no se implique a la Iglesia en disputas políticas, y reitera su compromiso evangélico en la construcción de un mundo más fraterno”.
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