El Purpurado explicó el nacimiento del manifiesto y precisó que “diversas instituciones y entidades preocupadas y comprometidas por la educación y la enseñanza, hemos creído conveniente hacer un llamamiento a la opinión pública y una aportación a la sociedad sobre la libertad educativa. Lo hacemos conscientes de nuestra responsabilidad en la sociedad y para la sociedad, no en contra de nadie”.
Entre las entidades que se han adherido al manifiesto se encuentran los obispados de Segorbe-Castellón y Orihuela Alicante, la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, la Universidad CEU Cardenal Herrera, Escuelas Católicas Comunitat Valenciana, la Federación de Centros Educativos de Valencia (Feceval), CONCAPA Comunidad Valenciana y los Colegios Diocesanos de las tres diócesis de la Comunidad Valenciana.
Según una nota de prensa del Obispado de Orihuela-Alicante, el Cardenal calificó la educación como una “emergencia” en el sentido de “urgencia”, “no sólo en nuestro país sino en todos los países”. Además, aseguró que se trata de una realidad que debería estar “entre las preocupaciones de todas las fuerzas sociales y políticas en estos momentos”.
También destacó la necesidad de llevar a cabo “una verdadera educación de la persona al servicio del bien común” ya que, según afirmó, “lo importante no es si los alumnos se saben más o menos datos, sino si saben comportarse como personas humanas libres, conscientes y creadoras de una nueva sociedad hecha de hombres nuevos con un nuevo estilo de vivir”.
Por eso el Arzobispo de Valencia subrayó que este manifiesto se refiere tanto a la enseñanza de las escuelas católicas, la enseñanza concertada y la privada, como también a la pública, porque si no ayuda a los alumnos “a ser libres desde la verdad y desde una cooperación al bien común no puede llamarse como tal, de ahí la ‘emergencia educativa’ que sufre nuestra sociedad y la necesidad de buscar una ‘educación en libertad’” .
La secretaria autonómica de Escuelas Católicas, Vicenta Rodríguez, leyó el manifiesto “Por una educación en libertad” en el que se destaca la importancia de “la garantía del derecho de los padres de educar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas y morales, tanto en la escuela de titularidad pública como en la escuela de iniciativa social”.
Un derecho que, según precisó Rodríguez, “incluye la garantía de la enseñanza religiosa escolar, que será de oferta obligatoria para los centros y elección voluntaria para los alumnos”.
El manifiesto reclama la garantía de una “oferta educativa plural”, de “la libertad de creación de centros docentes dentro del respeto de los principios constitucionales”, así como la “obligación de los poderes públicos para promover las condiciones para la libertad de enseñanza” y de “garantizar la igualdad de todos los españoles en el ejercicio del derecho a la educación”.
También hacen un llamamiento a las familias, instituciones educativas y a la sociedad civil en general para “reflexionar y tomar conciencia de estos derechos y libertades fundamentales” y así asumir las “obligaciones y responsabilidades que de ellos emanan”.
Por eso animan también a “participar en la vida pública en el ámbito educativo mediante un diálogo sereno y constructivo y a unir los esfuerzos de manera coordinada y eficaz en el reconocimiento, promoción y defensa de los mismos”.
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