“Piensen bien esto: no hay dificultad en la vida que no se pueda vencer. La victoria es diferente para cada persona: cada uno vence a su modo, pero siempre vencer es el ideal, es el horizonte para ir hacia adelante”. “¡No se desanimen!”, alentó el Pontífice.
“Su camino en la vida es un poco difícil, queridos niños, porque deben cuidarse, vencer la enfermedad o convivir con la enfermedad: esto no es fácil”, dijo el Papa a los pequeños a quienes recordó que tienen amigos que les ayudan mucho, así como también sus familiares que “les ayudan a ir hacia adelante”.
Además, el Papa Francisco recordó que “a cada uno de nosotros el Señor le ha dado un ángel custodio, desde que somos pequeños hasta que somos ancianos. El Señor lo ha dado para que nos ayude en la vida. Cada uno de ustedes tiene el suyo. Acostúmbrense a hablar con su ángel, para que los cuide, les de inspiración y los lleve a vencer siempre en la vida”.
Asimismo, el Santo Padre se dirigió a quienes acompañaban a los niños y les agradeció por cuidarlos. “Los ayudan a crecer”, señaló.
Al finalizar, el Santo Padre con su habitual sentido del humor se dirigió a los niños y les señaló que son muy importantes “porque para escuchar y hablar con el Papa necesitan dos intérpretes, son importantes”.
Antes de impartirles la bendición, los niños rezaron el Ave María en polaco.
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