El diario británico The Mail on Sunday, que hizo pública la denuncia el 17 de noviembre, decidió mantener oculto el nombre de la escuela y la identidad de la profesora, que temía ser despedida tras 20 años de carrera.
La informante señaló que estos alumnos fueron convencidos de padecer “disforia de género” –término psiquiátrico que describe la discordancia o malestar con la corporalidad o sexo biológico–, y que “son fácilmente influenciados y se aferran a la creencia errónea de que son del sexo equivocado como una forma de hacer frente a los problemas causados por el autismo”.
“No creo que sean realmente transgénero, solo son personas jóvenes con problemas complejos de salud mental”, dijo.
Asimismo, explicó al diario que se sentía obligada a hablar porque temía que muchos de los alumnos pudieran estar tomando bloqueadores hormonales de pubertad, y añadió que algunos ya estarían en proceso de someterse a una cirugía.
A principios de año, The Mail on Sunday reveló que 150 adolescentes autistas fueron llevados a la Clínica Tavistock, la “única clínica de identidad de género para menores de edad” del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), donde se determinó que mostraban “rasgos autistas de moderados a graves” y se les empezó a administrar bloqueadores hormonales de pubertad.
La maestra también reveló que fue aconsejada junto a otros docentes de mantener a los padres en la ignorancia si un alumno afirmaba ser “transgénero”, y que los alumnos mayores que ya se habían sometido a la cirugía de cambio de sexo “prepararon” a los más jóvenes para seguir su ejemplo.
Por ejemplo, dijo que un adolescente autista “está programado para someterse a una doble mastectomía”. El estudiante, que nació mujer, le dijo que quería identificarse como “no binario” -sin sexo específico-, en enero de 2014, cuando tenía 16 años y dos años después de haber sido diagnosticada como autista.
Después de consultar con sus padres, la escuela acordó cambiar el nombre del estudiante en el registro a uno que fuera “neutral”.
“Ese niño fue diagnosticado como autista a la edad de 14 años y ciertamente no era transgénero. Ella tenía otros problemas complicados de salud mental. Es una tragedia que su reclamo fue aceptado tan fácilmente. Ahora ella va a mutilar su cuerpo”, dijo.
El diputado David Davies felicitó a la maestra por la denuncia. “Felicito a esta maestra por venir y decirnos lo que sospeché durante mucho tiempo en las escuelas. Es horrible que otros alumnos los alienten a identificarse como transgénero, especialmente si tienen autismo”, indicó a The Mail on Sunday.
“No se les dice a los padres sobre esto y no hay manera de desafiar a estos alumnos que están convencidos por otros de que tienen un problema que casi no tienen. Trágicamente, el resultado final podrían ser procedimientos quirúrgicos irreversibles. Esto es escandaloso”, añadió.
The Mail on Sunday señaló en su artículo que “el aumento dramático en el número de alumnos que querían cambiar de género coincidió con un clamor creciente de activistas que exigían más derechos para las personas transgénero”.
“Creo que los niños autistas que no son transgénero están siendo explotados por el lobby transgénero. Se les está lavando el cerebro para que crean que son transgénero”, añadió la informante.
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