En diálogo con ACI Prensa, Mons. Moreno Barrón destacó que “Tijuana tiene un rostro migrante, una identidad migrante y también desde luego la Arquidiócesis, porque a través de muchos años ahí hemos abierto el corazón y los brazos a los migrantes que van de paso a los Estados Unidos y a muchos más que se quedan a vivir allí”.
“Hemos de continuar haciéndolo”, aseguró.
Sin embargo, el Prelado señaló que el número de migrantes que llegaron como parte de la caravana “nos tomó por sorpresa” y reconoció que “rebasa en nuestras posibilidades”.
Actualmente, dijo, hay 6.000 migrantes congregados en un albergue preparado por las autoridades civiles en Tijuana. Otros 700 se encuentran en centros de la Iglesia.
La Iglesia prepara cada día 2.500 raciones de comida para los migrantes, mientras que el apoyo espiritual de la Arquidiócesis está a cargo de los misioneros y misioneras de la Caridad.
La primera caravana migrante de este año partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, en Honduras. Para cuando llegó a Ciudad de México, la integraban más de 5.600 personas.
Al menos cuatro caravanas de Honduras y El Salvador le siguieron los pasos rumbo a Estados Unidos.
El Arzobispo de Tijuana destacó que “la inmensa mayoría de los tijuanenses sigue en esa actitud de apertura y de hecho se está solidarizando y dando su apoyo. No estamos dando de lo que nos sobra sino de lo que nosotros también necesitamos, incluso la gente sencilla está colaborando”.
“Nosotros como Iglesia ni vamos a investigar quiénes son los que están cometiendo delitos, eso que lo haga el Gobierno. Tampoco nosotros vamos a investigar qué intenciones hay detrás de este movimiento. Ese es un asunto que no está en nuestro alcance. A nosotros nos toca descubrir el rostro sufriente de Cristo en estos hermanos migrantes y darles una respuesta de amor, como lo hemos hecho y como lo queremos seguir haciendo”.
El Arzobispo de Tijuana también se pronunció sobre el reciente intento de un grupo migrantes de ingresar violentamente a Estados Unidos, siendo repelidos por las autoridades de ese país con gases lacrimógenos.
El domingo 25 de noviembre, lo que comenzó como una manifestación pacífica de los migrantes en el lado mexicano se convirtió en un intento desordenado de cruzar la frontera.
“Lo que sucedió el domingo pasado en la frontera, en la garita de San Ysidro, no es otra cosa que precisamente la expresión de la manera como se dio este numeroso éxodo de migrantes de Centroamérica”, dijo el Prelado.
“Toda esta gente salió intempestivamente, de una manera no regular, no ordenada. Y por lo tanto ahora ellos mismos no tienen una organización clara, y lo que sucedió en la frontera fue expresión de esta desorganización interna”.
“Desde luego expusieron gravemente su vida, y sobre todo la vida de mujeres, de niños, y creo que esto tiene que hacernos reflexionar”, señaló.
El Arzobispo de Tijuana señaló que los migrantes deben ser “conscientes que a la fuerza, de una manera violenta, será muy difícil” ingresar a Estados Unidos.
El Prelado reiteró su llamado a las autoridades de Honduras, El Salvador y Guatemala para que “asuman su responsabilidad” frente a los migrantes, “de manera que teniendo lo necesario para una vida digna en sus países no tengan que darse estos éxodos masivos”.
Además, alentó a Estados Unidos a encabezar “proyectos realistas y efectivos” en Centroamérica, para que las personas cuenten con “alternativas de superación allá en su tierra de origen”.
“Estados Unidos, en coordinación con los gobiernos locales, podría impulsar un plan global de apoyo económico a estos países centroamericanos y asegurarles que esto se traduzca en bienestar en sus comunidades, con fuentes de trabajo”, dijo.
El Arzobispo mexicano destacó que actualmente en Tijuana hay autoridades de los países centroamericanos atendiendo a sus connacionales. “Eso ya es un signo muy bueno”.
También reconoció el trabajo de las autoridades mexicanas, que han ofrecido ayuda a los migrantes que deseen regresar a sus países de origen, así como la opción de “una bolsa de trabajo” para que laboren en México y regularizar su situación migratoria.
“Se ha abierto el abanico de posibilidades y es importante que los migrantes reciban una información precisa sobre cómo están las cosas, para que no estén en confusión y libremente decidan su futuro próximo”, señaló.
Finalmente, el Arzobispo de Tijuana aseguró que ve “con mucha esperanza” el cambio de Gobierno, con Andrés Manuel López Obrador, que asumirá la presidencia este 1 de diciembre.
“Confío en que esto pueda significar una atención cercana a la realidad migrante, y una solución de fondo a lo que se está viviendo en Tijuana”, así como que “si bien seguirá el flujo migratorio, se pueda hacer de una manera más ordenada y con la decidida participación del nuevo gobierno, en una actitud cercana a los migrantes, siempre de acuerdo a su dignidad de personas y buscando el bien de nuestro México y de esta frontera norte”, dijo.
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