Estoy convaleciente, como podéis ver esta pintura














Estoy convaleciente de una intoxicación alimentaria. Los tristes hechos fueron los siguientes: El domingo compré una bolsa de mejillones. Hice parte de ellos, al vapor, una hora después. No olían mal, para nada, pero sí que tenían un gusto ligerísimamente picante, al que no le di importancia.
Esa tarde tuve mucha acidez de estómago. Pero no lo relacioné con los pérfidos mejillones. Tuve una noche en la que me desperté varias veces. Pero pensé que sería mi mala conciencia.
Durante el lunes, era evidente que tenía una acidez que no se iba ni con bicarbonato ni con lansoprazol. Ignorante de mí, tomé en la paella más mejillones. En ese momento sí que debían saber peor, pero el sabor de la paella enmascaró todo.
Tenía ardor en la boca del estómago. A la hora de la cena, no sentía ninguna gana de comer y no lo hice.
Por la noche, los vómitos y la diarrea fueron la prueba de que el mal estaba en los mejillones. Hoy sigo con muy mal cuerpo, en ayuno absoluto. Ha sido una intoxicación muy fuerte.
Hoy he pasado casi todo el tiempo en mi sillón, cubierto con una manta, sufriendo en silencio. He visto un documental sobre María Callas, Onassis y Jacquelin Kennedy. Ellos también sufrieron algo peor que una intoxicación alimentaria.

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