Martha Elena Vallejo Macías*
Con el respaldo del Presidente Municipal de Guadalajara, Ismael el Toro, y por conducto de la Comisión Edilicia del Centro Histórico y Barrios Tradicionales de Guadalajara, la asociación civil Amigos del Paseo Fray Antonio Alcalde (APFAA) colabora en la propuesta de crear una herramienta jurídica y operativa gracias a la cual la vocación del Paseo Fray Antonio Alcalde sea para la capital de Jalisco y para esta entidad federativa, el signo más profundo de su esencia humanitaria y humanista.
¿Qué es una Fundación?
El Código Civil del Estado de Jalisco promulgado en 1995 y a la fecha en vigor, dedica un capítulo en los artículos que van del 190 al 205, donde describe de forma puntual esta modalidad asociativa, cuyas metas han de ser siempre el bien común y no la ganancia particular o el lucro: “La fundación tiene por objeto afectar determinados bienes de propiedad particular, al fomento de actividades científicas, culturales, asistenciales o deportivas; sin que por ningún motivo puedan considerarse esos fines, ni directa ni indirectamente, objeto de especulación” (Artículo 190).
Sus intenciones
La Comisión Edilicia ya aludida y la APFAA elaboran, gracias a los buenos oficios de uno de nuestros miembros, el maestro Gabriel Gallo Álvarez, el borrador que será analizado por el equipo del Ayuntamiento de Guadalajara para dedicar ese importantísimo espacio, de casi tres kilómetros, y a la vera del cual se sitúan los elementos arquitectónicos, históricos y artísticos más relevantes de la ciudad, no menos que sus plazas, a la vida familiar.
Sería una herramienta que permitirá garantizar, como ya hemos tenido ocasión de insistir en este medio, que el rescate integral del Paseo a favor de la ciudadanía, cubra y proteja que su rehabilitación tenga el rango de corredor cultural, de modo que el espacio público se regenere a partir de las siguientes premisas: educación física, arte, ciencia y tecnología, a despecho, pues, del mercantilismo voraz y de la negociación de dicho espacio a intereses particulares.
Los retos
El regidor Hernández Barbosa ha expresado con absoluta claridad que el Gobierno Municipal y el Estatal coinciden en este momento en evitar que los espacios públicos sigan siendo botín de facciones y sí, un eje que articulado con lo que fue y ha sido el Consejo de Colaboración Municipal, abra a los sectores sociales más representativos y no gubernamentales la oportunidad de velar que la aplicación de un Reglamento, que está en proceso, fundamentado en el sentido de permanencia y transparente en su gestión, y de una clara y enérgica declaratoria, sustentada en los planes parciales y en la categoría de zona protegida (para lo cual se preparan tanto una Gerencia del Centro Histórico como de la Zona Centro), vayan más allá del propio Paseo y descansen en la imagen pública y la trayectoria de la vida y obra del mayor benefactor que ha tenido Guadalajara.
La Fundación no será dueña de nada, sólo un filtro que constate la aplicación irrestricta del reglamento en gestación, de modo que el comercio y los giros autorizados impidan que un restaurante se llegue a metamorfosear en una cantina o en un bar.
El paradigma
Un buen ejemplo de lo que hemos expuesto lo tiene la Arquidiócesis de Guadalajara desde el año 2004 con la Fundación Garibi Rivera, que dotada con un capital, a partir de la celebración del XLVIII Congreso Eucarístico Internacional en esta ciudad, ha podido respaldar muchísimos proyectos de microempresas que han beneficiado a centenares de personas.
Un factor medular para que este plan prospere, será la articulación del comercio organizado, de modo que los diversos intereses den a cada actor su lugar: a los vecinos, a los usuarios, a los empleados, a los arrendatarios y a los comerciantes.
*Presidente de la Asociación Civil Amigos del Paseo Fray Antonio Alcalde
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