Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano
Después de iniciado el vuelo, el Papa envió un telegrama de agradecimiento al rey Mohammed VI, donde le renueva “su profundo agradecimiento a su majestad y a la familia real, al gobierno y al querido pueblo de Marruecos por su cálida bienvenida y generosa hospitalidad, invocando abundantes bendiciones divinas sobre ustedes. Les ofrezco la seguridad de mis oraciones por la paz y la prosperidad de la nación”.
El Papa habla con periodistas en vuelo de regreso a Roma
Siham Toufiki, de la Agencia Map preguntó al Papa sobre las consecuencias de la visita a Marruecos, para la paz del mundo y el diálogo entre culturas.
El Papa respondió: "Diré que ahora que hay flores. Los frutos vendrán después. Pero las flores son prometedoras. Estoy contento, porque en estos dos viajes he podido hablar de lo que me toca tanto en el corazón, tanto: la paz, la unidad, la fraternidad. Con nuestros hermanos musulmanes sellamos esta fraternidad en el documento de Abu Dhabi y aquí en Marruecos… y añadió: “necesitamos puentes y sentimos dolor cuando vemos a personas que prefieren construir muros. ¿Por qué sentimos dolor? Porque los que construyen los muros terminarán encarcelados en los muros que han construido”.
El Papa profundizó un poco más y recordó: “Siempre me ha conmovido una frase de la novela de Ivo Andrich, "El puente sobre el Drina": dice que el puente está hecho por Dios con alas de ángeles para que los hombres puedan comunicarse”.
Nadia Hammouchi de TV 2M preguntó: ¿Qué se necesita para fortalecer el diálogo en la práctica? A esto el Papa respondió: “el llamamiento común sobre Jerusalén fue un paso adelante, no por una autoridad de Marruecos y una autoridad del Vaticano, sino por los hermanos creyentes que sufren al ver que esta ciudad de esperanza aún no es tan universal como todos queremos que sea: judíos, musulmanes y cristianos”.
Nicolas Seneze de La Croix, indagó sobre el tema de la libertad de culto en Marruecos. El Papa respondió: “Puedo decir que en Marruecos hay libertad de culto”. Sin embargo, matizó, que en todas las religiones existen grupos fundamentalistas que presionan por volver a posturas más cerradas y menos tolerantes.
Cristina Cabrejas de la agencia Efe preguntó sobre el significado de los muros construidos en Marruecos por España y, en la frontera con México por los Estados Unidos, así como por el cese de la ayuda a Centro América anunciada por el presidente Trump.
El Papa contestó: "En primer lugar, lo que acabo de decir: los constructores de muros, ya sean de hojas cortadas con cuchillos o de ladrillos, se convertirán en prisioneros de los muros que construyen”. El Santo Padre recordó que el problema de los migrantes y refugiados no solo es un problema de números. Insistió en el carácter humano. Son personas que huyen, que buscan mejores condiciones de vida. Por eso la persona humana está por encima de todos los acuerdos y leyes que firman los países. En este contexto, recordó a Alexis Tsipras, quien en una reunión me habló con el corazón y me dijo esta frase:'los derechos humanos están antes que los acuerdos'. esta frase merece el premio Nobel”, agregó.
Preguntado sobre la migración en Europa, el Papa respondió que Europa no solo tiene que cerrar puertas. Pueden ayudar a que la migración se reduzca: “Es algo que ustedes están haciendo: impedir la emigración no por la fuerza, sino por la generosidad, la inversión educativa y económica, etc., y esto es muy importante. En segundo lugar, sobre cómo actuar, es cierto que un país no puede recibir a todo el mundo, pero está toda Europa para distribuir a los inmigrantes, está toda Europa. Porque la recepción debe ser de corazón abierto, para luego acompañar, promover e integrar”.
Finalmente, el Papa recordó ejemplos de acogida en épocas recientes, el caso generoso de Suecia que acogió a muchos migrantes provenientes de América del Sur. Ahora, los hijos de esos migrantes, son parte de las sociedades que los recibieron y trabajan para ellas.
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