El Superior Provincial de la Congregación SS.CC., P. René Cabezón, ofreció los detalles de las conclusiones indagatorias a través de dos comunicados de prensa emitidos el 30 y 31 de diciembre.
En el primero se explicó que el P. Juan Andrés Peretiatkowicz abusó de 9 víctimas, según lo constatado hasta el 31 de mayo de 2019, y “se sumaron dos nuevas víctimas, ambos jóvenes entre 14 y 18 años al momento de ocurridos los hechos, las que han sido consideradas verosímiles y dan cuenta de la comisión de abusos sexual y de conciencia, por parte del sacerdote”.
Las dos últimas víctimas mencionadas, Carolina Marín y Felipe Vial, participaron en la pastoral juvenil de la Parroquia La Anunciación. “Las acusaciones resultaron verosímiles a la luz de los testimonios recogidos, los lugares señalados, las fechas (años 1989 a 1993 aproximadamente) y la relación personal generada con el mencionado sacerdote”.
La nueva información será enviada a la Congregación para la Doctrina de la Fe, para “establecer una sanción al acusado, que repare en parte el daño causado, a pesar de su estado de salud”.
En cuanto al sacerdote Jorge Prieto, fallecido el 16 de abril de 2005, la indagatoria “consideró la temporalidad y lugar de la denuncia realizada por Carolina Marín, a lo que se sumaron dos denuncias más en contra de este sacerdote, acontecido en la década de 1960, resultando las denuncias plausibles”.
“En relación a la acusación de encubrimiento, en esta última denuncia, realizada en contra del P. Alex Vigueras, seminarista al momento de los hechos denunciados, se determinó que tal acusación no es verosímil”.
Respecto a la denuncia de Carolina Marín contra el sacerdote Gerardo Joannon “por hechos presuntamente ocurridos en el Colegio de los Sagrados Corazones, comuna de Providencia, no se logró llegar a un convencimiento de verosimilitud de la denuncia de violación, al no acreditar aspectos relevantes del relato, así como de los actos de connotación sexual descritos, no coincidiendo con el modo y costumbres de proceder en el acompañamiento pastoral de niñas del ciclo básico, el que era realizado por otros dos sacerdotes de manera habitual”, explicó el comunicado.
“No obstante las conclusiones de estas investigaciones, la Congregación de los SS.CC. en Chile, espera que se esclarezcan estas denuncias presentadas ante el 8° Juzgado de Garantía de Santiago, prestando toda su colaboración en dicho proceso”.
En cuanto a la investigación del P. Enrique Moreno Laval, fallecido en febrero de 2018, la congregación confirmó “plausibles los hechos” acontecidos a fines de la década de 1970 y principios de los 80 en la ciudad de Talcahuano.
Luego de recibir dos denuncias, la congregación anunció el 5 de agosto la investigación del caso a cargo del abogado Félix Avilés Fredes.
Este constató la “relación de familiaridad con los denunciantes, concordancia con el contexto y los momentos en que el sacerdote vivió en Talcahuano, resultando plausibles los hechos respecto de ambas víctimas por abusos sexuales, consistentes en tocaciones impropias siendo ellos menores de edad”.
La congregación confirmó que “no se encontraron más situaciones ni denuncias contra el sacerdote”.
Respecto a los casos, la congregación ofreció y asumió los gastos de atención psicológica de las víctimas y conformó un equipo para iniciar un proceso de diálogo y trabajo en conjunto con las víctimas, “para encontrar caminos de reparación, ofreciendo apoyos interdisciplinarios y de acompañamiento”, precisó.
A su vez, los sacerdotes de los Sagrados Corazones se comprometieron a mantener informados a los denunciantes del avance de los procesos canónicos y civiles que se realicen.
“Reiteramos nuestro compromiso con la verdad, la reparación y la justicia de cada uno de estos casos, con la decisión de establecer y seguir protocolos, que nos permitan crecer en una cultura de respeto a la dignidad de cada persona”, indicaron.
“Expresamos a las víctimas nuestra cercanía y solidaridad por este duro camino en la verdad que han emprendido con valentía. Lo señalado por ellos nos está ayudando a replantear nuestros vínculos y la forma en que nos relacionamos con las personas en el servicio pastoral”, concluye el texto firmado por el Superior Provincial, P. René Cabezón.
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