Así se expresó el Arzobispo de Erbil, Mons. Bashar Warda, durante un encuentro con el congresista Jeff Fortenberry el 28 de enero, al que tuvo acceso CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
Mons. Warda explicó que las protestas en Irak se deben principalmente “a que la corrupción está en alza. No hay trabajo, ni seguridad, ni futuro” y por eso “los jóvenes ven que no hay luz al final del túnel y dicen que entonces ya fue suficiente y necesitamos una reforma”.
Tras comentar que quienes protestan también piden que se respete la soberanía y la libertad de Irak, el Arzobispo indicó que “los manifestantes están reclamando un mejor país, en el que haya lugar para todos, respetando la diversidad y la riqueza de la nación iraquí”.
El Prelado explicó que los cristianos también hacen parte de las protestas, que también son signo del reclamo de “un Irak genuino y multirreligioso” que se construya sobre la base de una constitución que no refleje la ley sharia (musulmana) sino que respete la libertad religiosa.
El sábado 25 de enero el Papa Francisco recibió al presidente de Irak, Barham Salih, con quien conversó sobre la situación del país con vistas al futuro, y sobre la importancia de que los cristianos hagan parte del “tejido social” del país.
El Arzobispo apoya esta llamado al “cambio” y alentó a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes, a mostrar su solidaridad y a luchar por un Irak unido donde los cristianos puedan tener los mismos derechos y dignidad.
Mons. Warda también reiteró su llamado para unas prontas elecciones en el país, un pedido que ha sido bien recibido por líderes como el presidente. “Refleja las necesidades y los pedidos de los jóvenes, de todos, para un cambio auténtico y para luchar y hacer la necesaria reforma, para luchar contra la corrupción, generar trabajo y una vida mejor”, dijo el Prelado a CNA.
Otro punto importante, explicó el Arzobispo, es la inclusión de los cristianos y otras minorías religiosas en las fuerzas de seguridad y en la policía.
Ante el genocidio perpetrado por el Estado Islámico (ISIS), es una importante preocupación la seguridad para los cristianos desplazados que vuelven a sus casas en el norte de Irak. Los cristianos que ya están en el área han informado de distintas presiones y violencia a manos de los grupos milicianos locales. Algunos aseguran que existe influencia iraní en estas organizaciones para poder ir ampliando su influencia en el área.
Que los cristianos colaboren con las fuerzas de seguridad para defender sus ciudades, dijo el Arzobispo, “es un derecho. Un derecho y un pedido. Hemos estado pidiendo esto como líderes de la Iglesia”.
En la reunión del martes 28 de enero, Fortenberry dijo que la integración “ayudaría a eliminar al movimiento de milicias que está causando tanta inestabilidad”. Por esa razón colaboró en una ley aprobada el año pasado para promover estas acciones.
USAID, la agencia de ayuda del gobierno estadounidense, también trabaja para ayudar a las víctimas del ISIS. El verano pasado se otorgó alrededor de 367 millones de dólares en conjunto con el Departamento de Estado siguiendo una iniciativa del vicepresidente Mike Pence.
En septiembre USAID entregó 6,8 millones de dólares a Catholic Relief Services, la organización de caridad de la Iglesia en Estados Unidos, que se alió con la Arquidiócesis de Erbil para proporcionar asistencia en vivienda para las familias desplazadas.
Mons. Warda comentó que el dinero entregado por USAID ya está comenzando a marcar la diferencia en la región.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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