Human Rights and Development Organization (HUDO) denunció que una iglesia católica, una iglesia ortodoxa y un templo de la Sudan Internal Church fueron quemados el 28 de diciembre. Fueron reconstruidas de manera temporal, pero unos desconocidos volvieron a incendiarlas el 16 de enero.
Las tres iglesias estaban ubicadas en la localidad de Bout, capital del distrito de Tadamoun, en el estado de Blue Nile. Este lugar está a unos 480 kilómetros al sudeste de Jartum, capital de Sudán.
HUDO señala que las dos veces en que ocurrieron los incendios se avisó a las autoridades, “pero la policía no investigó y tampoco tomó medidas preventivas”.
La organización lamentó los ataques y criticó al Gobierno por no actuar en este caso. Sin embargo, el ministro de Asuntos Religiosos, Nasr al-Din Mufreh, dijo que solo una de las iglesias fue atacada dos veces.
Según el diario Sudan Tribune, el ministro manifestó “el pleno compromiso de Sudán para proteger la libertad religiosa”. “Si se prueba que lo ocurrido es un delito, los perpetradores serán identificados, capturados y llevados ante la justicia”, agregó.
El ministro dijo que un sospechoso fue interrogado, pero fue liberado debido a la falta de evidencias.
Mufreh señaló que su ministerio y el estado de Blue Nile “se ha comprometido a construir una iglesia con materiales modernos y está tomando las medidas del caso para protegerla en el futuro”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos considera a Sudán como un país de especial preocupación en cuanto a su historial sobre libertad religiosa entre 1999 y 2019.
En diciembre de 2019 Sudán fue colocado en una lista especial de observación “debido a pasos significativos tomados por el gobierno civil transitorio para lidiar con las violaciones ‘sistemáticas, constantes y lamentables’ contra la libertad religiosa”.
Sudán estuvo bajo la dictadura de Omar al-Bashir desde 1989, pero fue derrocado en abril del año pasado. El gobierno lo tiene ahora un régimen transitorio.
Según la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, el régimen dictatorial de Sudán “promovió y fortaleció la estricta interpretación del islam sunita e impuso diversas restricciones religiosas sobre musulmanes y no musulmanes”.
Alrededor del 90% de la población de Sudán es musulmana, y la ley sharia, es decir la ley islámica, es la base de la legislación nacional. La apostasía del islam se castiga con la pena de muerte.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI África .
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