El sábado 18 de enero, Fernando Báez Sosa, de 19 años, falleció luego de ser golpeado brutalmente por un grupo de rugbiers frente al Le Brique, una discoteca de Villa Gesell.
Báez estaba en el mismo lugar con excompañeros del Colegio Marianista de Caballito, desde donde egresó en 2018.
Según las investigaciones, los jugadores pertenecientes en su mayoría al Club Náutico Arsenal de Zárate se enfrentaron a golpes con Báez y otros amigos de este, muy cerca del local.
Los deportistas arrancaron del lugar pero fueron detenidos por la policía en una casa cercana. Son diez los jugadores detenidos en la comisaría 1º de Pinamar y están siendo procesados por su posible autoría en la muerte del joven.
“Los acontecimientos de estos días nos llaman a la reflexión y a que podamos actuar comprometidamente a favor de la vida, el respeto por el otro, la sana diversión”, expresó el Consejo Nacional de Acción Católica en un comunicado el 24 de enero.
Si el grupo actuó “cegado por la violencia” es “un hecho trágico que evidencia cruelmente tantos otros episodios violentos, que sucedieron y suceden, en tantas plazas y esquinas de nuestra patria y que de a poco vamos incorporando como lo habitual”, reflexionó.
“La diversión entre los jóvenes está en peligro, presa de la agresividad desbordada y en muchos casos, acompañada del exceso de alcohol, del consumo de droga y otras sustancias que se comercializan en los espacios y ámbitos donde la juventud pasa su tiempo libre, perdiendo su verdadero sentido”, señaló.
A lo anterior se suma “la indiferencia que naturaliza como habitual aquello que nunca debió suceder”, junto a personas que sólo miran o a filman con sus celulares “como si la violencia fuera un espectáculo o una fotografía para registrar like”, cuestionó la institución.
“Estamos todos en deuda. El deporte, la educación, la cultura, la política, la familia, todos los que hemos ‘comprado’ que el límite oprime y que el otro es un enemigo y en nombre de una dudosa libertad, terminamos justificando lo que no tiene sentido”.
“Es hora de decir ¡basta! Y asumir el valor de toda vida, como se expresa en la de muchos otros jóvenes que, a diario, tejen vínculos positivos de amistad, de alegría, de solidaridad, de servicio”, indicaron.
“Con violencia no hay diversión. Con violencia la vida siempre pierde”, concluyó el comunicado.
En esa misma línea el Arzobispo de Mar del Plata, Mons. Gabriel Mestre, aseguró que “no se puede caer en la simplificación de pensar que la violencia es solo un tema de los jóvenes”, es un problema de todos y que se extendió a todos los “ámbitos sociales”.
En el día de la Santiago Apóstol, Mons. Mestre cuestionó “¿qué hemos hecho como mayores para llegar a esta situación?”, al tiempo que exhortó a vencer el mal con el bien y a la violencia con la paz. “Este es único camino para los discípulos de Jesús”, sostuvo.
Publicar un comentario