El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció el envío de un proyecto de legalización del aborto para los primeros días de marzo, argumentando que es una necesidad “sanitaria y de salud pública”.
Ante ese argumento, Mons. Ojea dijo que “ninguna vida es descartable, porque el primer derecho humano es el derecho a la vida”.
“Si luchamos por defender las especies y que no se toque ni un insecto porque su extinción puede colaborar al desequilibrio de un bioma, ¿cómo no defender la vida humana desde la concepción y considerar todo atentado contra ella como una forma de descarte?”, expresó a la agencia Télam.
Por ello, afirmó que la Misa que se realizará en el Santuario de Nuestra Señora de Luján el 8 de marzo próximo, Día Internacional de la Mujer, es una ocasión para “pedir por la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural”.
“Cuando la Iglesia habla del derecho a la vida, no está haciendo lobby o presión. Es profundamente totalitario decir que una postura de pensamiento histórico significa ejercer algún tipo de presión”, aseguró.
“Como lo hicimos hace dos años, cuando un proyecto similar fue aprobado en Diputados y finalmente rechazado en el Senado, vamos a seguir planteando nuestra posición con respeto y sin agresividad. Queremos especialmente generar conciencia entre los jóvenes para que nuestro mensaje sea mejor entendido”, sostuvo Mons. Ojea.
El presidente de la CEA indicó que aunque Fernández dice que quiere evitar cualquier enfrentamiento, el tema del aborto "abre grietas" en la sociedad.
En ese sentido, “nosotros le manifestamos con claridad que proponer este tema de entrada es proponer un tema que abre grietas. Desde la Iglesia haremos todo lo posible para que la expresión de nuestras opiniones no favorezca la descalificación de quienes piensen lo contrario”, aseguró el Prelado.
“Necesitamos proyectos para mejorar la salud pública durante los embarazos y la primera infancia. Pero en la presentación de una ley de maternidad sustentable, pensamos distinguir con claridad los temas y fijar nuestra posición”, agregó.
Asimismo, Mons. Ojea explicó que pudieron darse algunos “errores” durante el debate del aborto en el 2018.
“Es probable que haya muchos errores en nuestros modos de exponer la pastoral de la vida. Puede ser que sacerdotes y catequistas no posean la debida preparación para presentar este aspecto que tiene que ver con el derecho natural de la vida. Tal vez hayamos sido poco claros”.
“No queremos que se interprete que la Iglesia está en contra de los derechos de la mujer y su libertad. La Iglesia defiende ardientemente los derechos de la mujer. Lejos de ser autoritarios, respetamos profundamente esos derechos y su camino en pos de la igualdad. Repudiamos todo lo que tiene que ver con el maltrato, el abuso y el rebajamiento de la mujer”, aseguró.
En cuanto al proceso de renegociación de la deuda pública que lleva adelante el Gobierno de Fernández, Mons. Ojea citó el documento de la Pastoral Social que aborda el pensamiento de San Juan Pablo II sobre la deuda externa.
“Hay que honrar las deudas, hay que pagarlas y tenemos que cumplir los compromisos. Sin embargo, esto no se puede llevar a cabo a costa del hambre y de situaciones muy dolorosas para la mayoría de nuestro pueblo. Pensamos que tenemos que pagar hasta donde podamos, no condicionando cosas esenciales que tienen que ver con el equilibrio social del país”, citó.
"El servicio de la deuda no puede ser satisfecho al precio de una asfixia de la economía del país", agregó.
En ese sentido, el presidente de la CEA mencionó el próximo encuentro “Francisco sobre economía que se realizará del 26 al 28 de marzo en la ciudad de Asís, y en el que estudiantes, emprendedores y economistas jóvenes del mundo debatirán "un pacto común con el propósito de cambiar la economía actual y encontrar formas innovadoras de relaciones económicas y sociales".
“El Papa quiere que los economistas jóvenes trabajen para hallar fundamentos éticos en el sistema financiero internacional y debatan sobre cuál es el lugar de las naciones y las multinacionales en estos temas”, explicó el Obispo de San Isidro.
Además, “que piensen cómo se puede acceder a una economía más humana que tenga como centro el interés del hombre y no la multiplicación del lucro y cómo se puede repensar un mundo a través del diálogo y los consensos indispensables por los riesgos climáticos que vive el planeta”, sostuvo.
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