El Obispo de la Diócesis de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, aseguró que la “enseñanza original de Jesús”, es decir, algo que no ha enseñado nadie más en toda la historia, es el mandamiento del amor a los enemigos en donde se “resume la quintaesencia del Evangelio, que consiste en tener a Dio como Padre y a tratar a todos como hermanos”.
Mons. Demetrio Fernández explicó en su carta semanal que en el Evangelio “Jesús nos enseña a poner la otra mejilla cuando te abofetean en una de ellas. Es decir, no sólo no respondas con el todo con que has sido ofendido, sino que ‘no hagáis frente al que os agravia’”, algo que “no ha enseñado nadie más en toda la historia de la humanidad”.
Según precisa esta “es una enseñanza original de Jesús que concluye: ‘Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen’”.
El Obispo de Córdoba insistió en que “en este mandamiento del amor a los enemigos Jesús nos resume la quintaesencia del Evangelio, que consiste en tener a Dios como Padre y en tratar a todos como hermanos, hijos del mismo Padre. Y puesto que todos somos limitados y pecadores, en la convivencia de unos con otros es necesario el perdón continuo, pedido con humildad y ofrecido con generosidad”.
De esta manera, “nos parecemos a nuestro Padre Dios, porque tratamos de imitar a Jesucristo, acogiendo el don del Espíritu Santo. Así podemos ser santos como nuestro Padre celestial es santo”.
Mons. Fernández explicó que “la vida cristiana no es una imitación externa de Jesucristo en cualquiera de sus virtudes. La vida cristiana consiste en dejarse mover por el Espíritu Santo, no obstaculizando su acción poderosa y fecunda, y colaborando con Él secundando sus inspiraciones”.
Subrayó que “el planteamiento ha de ser siempre desde Jesús, que nos ha prometido su Espíritu Santo, como el que irá modelando nuestro corazón al estilo del corazón de Jesús”.
En ese sentido, el Obispo de Córdoba destacó que “en las cotas del amor al prójimo, nadie apunta tan alto” como Jesús” porque en la ley de la selva, el más fuerte se come al más débil. En la ley del Talión, “ojo por ojo y diente por diente”, se establece una proporción: te hacen una, tú puedes responder haciendo otra, pero no dos o tres”.
“Ahora bien, al llegar al mandato de Jesús, el que ofende ha de ser objeto de tu amor”, aseguró el Prelado y “aquel amor que nadie puede explicar de dónde viene, ese amor es de Dios en nuestros corazones”.
“En el fondo, Jesús está haciendo un autorretrato de su propia vida. Eso es lo que él ha hecho siempre. De su corazón no brota nunca el odio ni la venganza. De su corazón sólo brota el amor. Y nos pone a su Padre Dios como referente, dándonos su Espíritu Santo como acompañante y abogado permanente”, subrayó.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.
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