La Catedral de “San Juan el Evangelista” (llamada “Agios Ioannis”) es el templo principal de la Iglesia Ortodoxa de Chipre y se ubica en Nicosia, llamada también Lefkosia, la capital de la isla.
Según la municipalidad de Nicosia, la catedral fue construida en el siglo XIV, donde estaba la capilla de la abadía benedictina “San Juan el Evangelista de Bibi”, fundada por la Casa de Lusignan, familia cuyos herederos llegaron a ser reyes de Jerusalén y de Chipre.
Cabe destacar que la palabra “bibi” es una abreviación del árabe “habibi”, que significa “amado” y refiere a San Juan el Apóstol y Evangelista como el discípulo amado de Jesucristo.
Los monjes católicos de la Orden de los Benedictinos ocuparon la abadía hasta 1426, año en que abandonaron la isla de Chipre, debido a las frecuentes invasiones de los mamelucos. Luego, el monasterio pasó a manos de la iglesia ortodoxa, que si bien usó el terreno para levantar el nuevo edificio de la catedral de Nicosia, mantuvo su dedicación a San Juan el Apóstol.
El 30 de abril de 1662, el entonces arzobispo ortodoxo de Chipre, Nikiforos, reconstruyó la capilla del monasterio desde sus cimientos. En 1720, el arzobispo ortodoxo Sylvester renovó, transformó el monasterio en Catedral, la consagró y estableció allí la sede del arzobispado ortodoxo en Chipre.
En cuanto a la arquitectura, si bien la iglesia es pequeña, en comparación con las otras iglesias de Nicosia y Europa, y destaca por ser deliberadamente modesta en el exterior, suele deslumbrar a sus visitantes por la belleza de su interior.
La catedral consta de una nave y una bóveda de cañón de estilo franco-bizantino sin cúpula, tiene contrafuertes externos y un pórtico occidental. En su interior, cuenta con un magnífico iconostasio tallado en madera de la mejor artesanía chipriota del siglo XVIII, y cubierto con pan de oro, y además, tiene candelabros de cristal particularmente ornamentados.
Otro aspecto destacable de la catedral es la iconografía. Según la municipalidad de Nicosia, la catedral ortodoxa es la única iglesia en la capital en la que todos los frescos internos han perdurado. El templo conserva cuatro grandes íconos que fueron pintados por el maestro cretense Ioannis Kornaros, entre 1795 y 1797.
Además, las paredes están cubiertas con frescos o pinturas murales del siglo XVIII, realizados durante el mandato del arzobispo ortodoxo de Chipre, Filotheos. Las pinturas representan escenas de la Biblia y el descubrimiento de la tumba del apóstol Bernabé (Agios Varnavas) en Salamina.
La catedral tiene un trono para el arzobispo ortodoxo, ornamentado con una magnífica águila bicéfala de estilo bizantino. Allí se corona a los nuevos arzobispos ortodoxos de Chipre. También hay tronos para el presidente de la República de Chipre y el embajador de Grecia, indican fuentes locales.
La Catedral de San Juan se ubica junto al arzobispado ortodoxo de Chipre; normalmente funciona todo el año, excepto en días festivos.
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