Se trata de los Siervos de Dios Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, de la Orden de los Frailes Menores Conventuales; y Alejandro Dordi, sacerdote diocesano de Bérgamo, asesinados respectivamente en las localidades de Pariacoto y Santa en 1991.
El proceso de beatificación de los tres Siervos de Dios se encuentra actualmente en la fase de investigación por los Cardenales y Obispos, que estudian la Positio, el libro que recoge todos los documentos referentes a su caso y que sirve como base para el veredicto final sobre si pueden ser declarados mártires.
El postulador de la causa de los tres misioneros es el fraile conventual Angelo Paleri, quien explicó el 11 de noviembre en Roma en declaraciones a ACI Prensa que la reunión de los cardenales para ver este caso “está fijada para el 3 de febrero de 2015”.
“Podría ser que antes de fin de febrero esta relación fuera presentada al Papa Francisco, todos esperamos que esto sea así, y por ello rezamos, pero debemos esperar este encuentro y este examen”, añadió.
El religioso precisó que todavía faltan unos 3 meses para este encuentro, y si los cardenales y obispos dan un voto positivo, después dependerá del Papa Francisco si se publica el decreto aprobando su martirio. De no aprobarse, “la causa queda parada ahí”, precisó.
El fraile italiano desmintió algunos reportes de prensa en Perú que señalaban que pronto “tendremos a nuestro primeros beatos mártires entre los santos del Perú”. En este sentido, Fray Paleri precisó que esto es el deseo de todos, pero todavía no se puede confirmar nada.
El postulador dijo que él también espera “que los cardenales den un voto positivo y que el próximo año podamos ver la beatificación, pero no podemos afirmar nada hasta el 3 de febrero y después hasta el encuentro del Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos con el Papa Francisco, quien es el último que define y determina”.
La Congregación para las Causas de los Santos autorizó el 5 de junio de 1995 la apertura de la Causa de Canonización de estos tres siervos de Dios, un año antes de cumplirse los cinco que exige las normas actuales de la Iglesia, es decir antes de los cinco años después de la muerte de los candidatos.
Los tres religiosos fueron asesinados después de celebrar Misa, sufrieron una emboscada y fueron acribillados. Sobre sus cuerpos, los terroristas dejaron un cartel que decía: “Así mueren los servidores del imperialismo”.
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