“Que la droga y la trata no nos roben la esperanza”



El Departamento contra la Trata de Personas y Delitos Conexos junto con el obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera, pidieron que la droga y la trata de personas “no nos roben la esperanza” y aseguraron que la solución a esta problemática “se inicia contigo, conmigo, con la participación y si no lo hacés, no te organizás, no podés ni siquiera quejarte”.

Tras advertir que “estamos pasando en algunos sectores por una falta de cultura ciudadana y de patriotismo”, consideraron necesario “cambiar nuestros comportamientos”.




“Estando quieto, no contribuye con nada; por lo tanto ni reclamar le sirve, vivamos todos con ética y eso tiene que comenzar por cada uno... Fortalecer la unidad familiar, regresar a los principios básicos de respeto hacia los padres y de obediencia, ya que ellos nos dan lo mejor que tienen a nosotros como hijos. Fomentar de la escuela a participar en ejercicios de ayuda hacia personas con carencias económicas o sea dar vida sin esperar nada a cambio”, subrayaron.




Asimismo, consideraron que podrá avanzarse en una solución cuando “algunos integrantes de las fuerzas se desliguen del narcotráfico y de la trata de personas” y cuando “denuncien en forma directa, indirecta, oculta o no oculta a sus Jefes que ellos saben a quienes les sirve el crimen organizado”.




El prelado quilmeño y el departamento diocesano contra la Trata alentaron a “los que no bajan los brazos en esta lucha”, entre ellos a “las madres que se organizan para ayudar a sus hijos, a los padres que reclaman justicia ante la muerte temprana, a los amigos que no se cansan de estar cerca y de insistir sin desanimarse”.




También “a los comunicadores que hacen visible esta problemática a la sociedad, a los docentes que cotidianamente orientan y contienen a los jóvenes; a los sacerdotes, consagradas, consagrados y laicos que en nuestras comunidades brindan espacios de dignidad humana; a los miembros de fuerzas de seguridad y funcionarios de otras estructuras del Estado que aun a riesgo de su vida no se desentienden de los que sufren, y todos los que resisten la extorsión de las mafias”.




Texto del documento




“Todos estamos llamados a realizar una lucha contra ese movimiento que lleva a la humanidad a pensar que una persona es un objeto que se usa y se tira, un objeto de uso. Hay que rescatar la dignidad de la persona” (Papa Francisco).

El tráfico de drogas y la trata de seres humanos generan tantas ganancias como el tráfico de Armas.




“La pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades de desarrollo”, el fenómeno de la trata, tráfico de personas y narcotráfico que parece incrementarse en América, se trata de un lucrativo negocio.




El trabajo forzoso de secuestrados o personas obligadas a vivir en condiciones de esclavitud afecta a millones de seres humanos y genera ganancias totales por millones de dólares al año. Gran parte de ese dinero proviene de la explotación sexual de mujeres y niñas.




Precisamente para combatir ese horroroso delito, impensable en pleno siglo XXI, contra la Trata y el Tráfico Ilícito de Personas, como una instancia que permita coordinar políticas contra un negocio que repleta de dinero los bolsillos de los traficantes mientras destruye las vidas de millones de personas. A la altura del tráfico de drogas está el nivel de dinero que se mueve con la trata de seres humanos.




Por eso es necesaria la creación de albergues para atención inmediata de las víctimas y también la formación de unidades de Gendarmería, especialmente dedicada a investigar estos delitos.




Desde Argentina que en el último tiempo han adoptado medidas para evitar el narcotráfico; tráfico y la trata de personas, falta todavía reglamentar la Ley contra la Trata de Personas, que la estamos pidiendo a nuestras Diputadas...




“No existen programas para evitar que más ciudadanos busquen salir de sus países para llegar a otros, exponiendo su vida”. La falta de oportunidades y la generación de un círculo vicioso de violencia y más violencia por el narcotráfico y las pandillas, explican el incremento en el número de personas que quieren llevar una mejor vida en la búsqueda de un presunto “sueño”.




Un camino corto



El problema es que para llegar al destino deben pasar por muchas dificultades, como “adquirir deudas para hacer el recorrido, pagándole miles de dólares a un ‘perverso’ que los llevaría de forma segura. Sin embargo, muchas veces corren peligros de secuestro y violaciones. Los traficantes trasladan a las personas desde sus países de origen hasta otros países elegidos, y para eso necesitan estar organizados y se vuelven organizaciones criminales”.




Los migrantes “pueden enfrentarse a diversas situaciones, como ser testigos o víctimas de una violación, ser secuestrados por narcotraficantes para pedir rescate, o ser víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual o laboral” o terminar como mulas, para transportar droga para los Narcos. El camino entre ser un migrante y convertirse en secuestrado y luego en víctima de la trata o en un Traficante es muy corto, y muchas mujeres terminan como esclavas sexuales, niños como “mulas” del narcotráfico y hombres como soldados de pandillas criminales o esclavos.




El migrante victima en esta situación no es un ilegal sino un irregular.




“La existencia del trabajo forzoso no puede ser aceptada, estamos frente a una violación flagrante de los derechos humanos convertida en un próspero negocio ilícito”




No hay narco, proxeneta, criminal que no salga de una familia...atender bien a los hijos, fortalecer la mesa los Domingos en familia es un camino a trabajar.




“La vida tiene sentido solo si uno está dispuesto a jugarla y hacerla correr por otros. ¡Me encanta ver tantos jóvenes comprometidos! La lucha contra la trata de personas necesita compromiso” (Papa Francisco).




La solución se inicia contigo, conmigo, con la participación y si no lo haces, no te organizas, no podes ni siquiera quejarte; estamos pasando en algunos sectores por una falta de cultura ciudadana y de patriotismo. Necesitamos cambiar nuestros comportamientos. Estando quieto, no contribuye con nada; por lo tanto ni reclamar le sirve, vivamos todos con ética y eso tiene que comenzar por cada uno... Fortalecer la unidad familiar, regresar a los principios básicos de respeto hacia los padres y de obediencia, ya que ellos nos dan lo mejor que tienen a nosotros como hijos. Fomentar de la escuela a participar en ejercicios de ayuda hacia personas con carencias económicas o sea dar vida sin esperar nada a cambio. Cuando algunos integrantes de las fuerzas se desliguen del narcotráfico, de la trata de personas, y sientan que honran sus uniformes a su familia y la Patria... Siendo lo que son (autoridades); cuando denuncien en forma directa, indirecta, oculta o no oculta a sus Jefes que ellos saben a quienes les sirven el crimen organizado.




Cuando nuestras autoridades de las Fuerzas de Seguridad entren en conciencia de su responsabilidad con la Patria y no con los Washington... Cuando nuestras autoridades sean gente nueva egresadas de las universidades, con estudios y alto nivel de moral, donde el ser rico importe de dónde provino. Y cuando tengamos la claridad sin miedo de plantear, que los Estados Unidos país que califica a los países si hacen algo o no contra el narcotráfico, a sabiendas que son los consumidores más grandes del planeta y nadie se atreve a calificarlos y cuando la corrupción en ese país es tan alta como en cualquier país de América o África, y lo mencionemos sin timidez con todas las letras, entonces estaremos por la buena senda del cambio que necesitamos.




Junto con el Obispo Carlos José Tissera decimos:



• Alentamos a los que no bajan los brazos en esta lucha:



• A las madres que se organizan para ayudar a sus hijos.



• A los padres que reclaman justicia ante la muerte temprana.



• A los amigos que no se cansan de estar cerca y de insistir sin desanimarse.



• A los comunicadores que hacen visible esta problemática a la sociedad.



• A los docentes que cotidianamente orientan y contienen a los jóvenes.



• A los sacerdotes, consagradas, consagrados y laicos que en nuestra comunidades brindan espacios de dignidad humana.



• A los miembros de fuerzas de seguridad y funcionarios de otras estructuras del estado que aún a riesgo de su vida no se desentienden de los que sufren.



• A todos los que resisten la extorsión de las mafias.







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