La historia de este Cónclave tiene que ver con el nombre del mismo, que viene de los términos en latín “cum” (con) y “clavis”(llave), palabra que fue utilizada desde el siglo XIII, luego que durante casi tres años el Sillón Petrino estuvo vacante, y el gobernador de Viterbo decidió encerrar con llave a los cardenales.
Como relata Enciclopedia Católica “los cardenales reunidos en Viterbo estaban divididos en dos campos, el francés y el italiano. Ninguno de los dos podía conseguir los dos tercios de la mayoría del voto ni querían ceder a los otros para elegir a un candidato al papado”.
Fue en el verano europeo de 1270 que fueron encerrados con llave en el palacio episcopal, cortándoles incluso el suministro de comida.
“Por fin se llegó a un compromiso por los redoblados esfuerzos de los reyes de Sicilia y Francia. El sacro Colegio, que consistía entonces en 15 cardenales, designó a seis para ponerse de acuerdo y emitir un voto final. Los seis delegados se reunieron el 1 de septiembre de 1271 y unieron los votos eligiendo a Teobaldo Visconti, archidiácono de Lieja que no era cardenal ni siquiera sacerdote”.
Gregorio X, nació en Piacenza, “había estado un tiempo al servicio del cardenal Jacobo de Palestrina, había sido nombrado archidiácono de Lieja y acompañado al cardenal Ottoboni en una misión a Inglaterra, y que el en el momento de su elección estaba en Ptolemaida (Acre) con el príncipe Eduardo de Inglaterra, en un peregrinaje a Tierra Santa”.
Recibió la llamada de los cardenales para que volviera inmediatamente, comenzó su viaje de vuelta el 19 de noviembre de 1271 y llegó a Viterbo el 12 de febrero de 1271. Aceptó la dignidad y tomó el nombre de Gregorio X”.
Contrario a este cónclave está el de 1503 que duró sólo unas horas donde Julio II fue elegido sucesor de Pedro.
Para conocer más de un Cónclave ingresa a: https://www.aciprensa.com/iglesia/conclave.htm
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