El Pontífice saludó a un grupo de militares chilenos y resaltó que “los límites ya están claros. No nos vamos a seguir peleando por los límites. Por otras cosas, quizás, pero no por eso. Eso se dio gracias a la voluntad de diálogo. Sólo se solucionan las cosas cuando hay voluntad de diálogo”.
En relación a la medicación de la Santa Sede en el sobre la pertenencia de las islas y territorios marinos al sur del Canal Beagle entre Chile y Argentina en 1978 y que concluyó en el Tratado de paz y amistad de 1984, el Pontífice agradeció a “Juan Pablo II y al Cardenal Samoré, que tanto hicieron por lograr la paz entre nosotros”.
“Ojalá que todos los pueblos se animen a solucionar los conflictos en la mesa del diálogo y no en la crueldad de una guerra”, expresó.
La labor realizada por el Papa peregrino y el Cardenal Samoré evitó una guerra entre los dos países.
El Pontífice polaco presentó una propuesta de paz y amistad en diciembre de 1980 y finalmente el Tratado de Paz fue firmado en 1984 ante el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Agostino Casaroli.
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