La primera foto creo recordar que es de México. La segunda es de mi hospital. La tercera es de Houston. Os las comparto hoy, porque casualmente las he encontrado hoy. Paso a la correspondencia de hoy. Un email entre tantos.
Un lector: Padre Fortea, me atrevo a molestar nuevamente su atención para mostrarle un vídeo que le pido encarecidamente lo pueda comentar, para aclarar, y tal vez a ud. mismo, esto de la infiltración de la Iglesia Católica por parte de la masonería satánica. Su comentario me será muy útil e iluminador.
Muchas Gracias.
Padre Fortea: Ese vídeo es una majadería de principio a fin.
Padre Fortea: Ese vídeo es una majadería de principio a fin.
Un lector: Padre Fortea, no es necesario que se moleste y levante la voz de esa manera tan poco cristiana. Más bien por el interés de la Iglesia sería preferible que ud. rebatiera con argumentos a quiénes señalan y muestran esos hechos. ¿No le parece?
Si ud. reacciona así, le da la razón a quiénes postulan que Bergoglio es un masón luciferino, ahora, considerando que el vídeo muestra imágenes para mí irrefutables, yo, muy a mi pesar como católico de corazón y de alma, me inclino en creer en su contenido. Porque, además, en la Iglesia nadie refuta estas cosas… ¿Recuerda ud. el dicho: ” El que calla otorga”?
Si tiene algo amable y positivo que decirme, se lo agradeceré, en caso contrario creo que confirmaré que el demonio está entronizado en el sillón de Pedro y todo lo que a partir de allí se puede desprender.
Padre Fortea: Tú me pediste mi opinión. Y yo te di mi sincera opinión. Pero ahora veo que no fuiste una persona limpia: tenías tu opinión y solo querías con tu pregunta que viera el vídeo. NO fuiste una persona limpia, tenías ya tu opinión. Y eso te di, mi opinión.
Sigue tu camino y ojo no te encuentres al final con que has estado luchando contra la Iglesia con la idea de estar haciendo bien a la Iglesia.
Un lector: Dios conoce mi limpieza de corazón, y sabe que con humildad y amor por Él busco claridad y luz para mi alma, para conocer si estoy o no actualmente en la verdadera Iglesia de mi Señor Jesucristo, porque no quiero estar ni por un segundo en la del demonio. En segundo lugar, le pido a mi Padre Dios que lo bendiga a Ud., algo que ud. no hizo conmigo.
Conclusión mía, del sufrido padre Fortea:
Este lector me había escrito: Su comentario me será muy útil e iluminador. Pidió mi opinión, pero no buscaba mi opinión.
Después de mi respuesta, me escribió: Si tiene algo amable y positivo que decirme, se lo agradeceré, en caso contrario creo que confirmaré que el demonio… Sí, siempre tenemos todos una cierta tendencia a ver al demonio en los que no piensan como nosotros. Todos somos como este pobre muchacho. Quiero imaginar que detrás de su rigidez está la juventud.
En su último email, me escribió: En segundo lugar, le pido a mi Padre Dios que lo bendiga a Ud., algo que ud. no hizo conmigo. No, efectivamente, no te bendigo. No toda persona que venga a mí se irá con mi bendición.
Aprendamos de este muchacho: todos somos un poco él.
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