El Santo Padre, emocionado, les dio las gracias “por esta iniciativa. ¡Gracias, muchas gracias! No os canséis de ser instrumentos de paz y de alegría entre vuestros seres cercanos”.
Los niños, a su vez, explicaron que “sabemos que el Papa está muy preocupado por tantos lugares del mundo martirizados por las guerras”.
“Estamos contentos de que nuestra campaña de recogida de fondos esté dirigida a niños como nosotros que sufren doblemente: por la minusvalía y por la guerra. En esta recogida de fondos hemos comprometido tanto a jóvenes como a adultos. Nosotros, en la medida de nuestras capacidades, queremos ser misioneros de paz, ayudar a aquel que está en nuestro entorno a caminar hacia Dios”.
Tras la lectura de la carta, los niños soltaron unos globos desde la ventana del Palacio Apostólico, algunos de los cuales se quedaron enganchados en el toldo de la ventana. Aprovechando este incidente, Francisco realizó una última enseñanza.
“¿Habéis visto estos globos? Cuando rezamos mal, cuando llevamos una vida que no es la vida que Jesús quiere, nuestras oraciones no llegan, y por eso debe venir alguien a ayudarnos a hacerlas llegar a arriba. Cuando sintáis que vuestras oraciones no llegan, buscad la ayuda de alguien”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 28 de enero de 2018
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