“De otra manera, como ocurre hoy, se dan tantas lecturas como posturas ideológicas”, advirtió en su comentario para la homilía dominical.
Mons. Castagna tomó el caso de las distintas opiniones sobre la “personalidad del Papa Francisco, que difieren de una recta visión de su carisma y misión”.
Al respecto, señaló que estas visiones “responden a preconceptos de carácter político, vertidos en un lenguaje de alto nivel filosófico-literario que, no obstante, no consiguen mantener el equilibrio intelectual que la seriedad del tema requiere”.
El Arzobispo Emérito de Corrientes recordó que “el Papa, como todos los Pastores de la Iglesia, ofrece sus dones - múltiples, por cierto - incluyendo sus naturales limitaciones humanas”.
“De esa manera, como lo hace Dios Padre en la Encarnación de su Hijo, gracias a los contornos claroscuros de su naturaleza humana, los hombres pueden verlo e identificarlo (entre otros)”, sostuvo.
Mons. Castagna destacó el valor de la fe en la interpretación de la realidad y destacó su carácter imprescindible “para hacer propia la vida nueva que procede de la Pascua cristiana”.
“Hoy, mediante el ministerio y el testimonio de sus discípulos, Cristo se presenta al mundo con el resplandor de la Resurrección, y reclama que la fe, como don del Espíritu, otorgue, a quienes lo deseen, la necesaria convicción para vivir - en el hoy de la historia - el misterio cristiano”, reflexionó.
El Arzobispo también señaló que al estrenar el año 2018 “es conveniente no dejarlo pasar, como uno más”, pues nadie sabe el día ni la hora de su partida de este mundo.
En ese sentido “la verdad aparece, con frecuencia, como aguafiestas en el festín irreflexivo de este mundo”, puesto que “Jesús es la Verdad que llama al autoexamen y a la conversión”.
“De allí el odio contra quienes testimonian su presencia y sus insistentes reclamos de conversión”, continuó el Prelado. Por lo tanto, “no debe sorprendernos la intolerancia de grupos fundamentalistas, de diversas y muy complicadas tinturas”.
“Nuestro mundo evoluciona, providencialmente asistido por la fe cristiana - y sus aproximaciones - hasta llegar a su término natural. Es allí donde se diferencian los valores evangélicos de los que se les oponen. Finalmente el amor vence, y se establece definitivamente el Reino de Dios”, concluyó Mons. Castagna.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 29 de julio de 2017
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