Al llegar el lugar luego de su encuentro privado con los sacerdotes jesuitas en la iglesia de San Pedro, el Pontífice saludó a muchos fieles presentes a quienes también bendijo.
En sus palabras, Francisco agradeció “que hayan venido a saludar. Quiero agradecer todo el esfuerzo que muchos de ustedes hicieron para venir, especialmente a los de Manchay que son tantos”.
“Vinieron caminando, como los trajeran, porque sabían que no podían pagar el colectivo. Gracias esos gestos no me los olvido, muchas gracias, gracias a todos ustedes. Y bueno, que Dios los bendiga”, dijo.
“Ahora les voy a dar la bendición. Pero antes todos juntos mirando la imagen de la Virgen vamos a rezar un Ave María”, continuó.
Tras darle la bendición a la multitud, el Papa exhortó: “Ahora despacito, despacito se van yendo para la casa. Lo van a hacer ¿eh?, porque ustedes necesitan dormir y la gente de acá de los edificios también. Así que hasta mañana si Dios quiere. Adiós”.
Antes de ingresar a la Nunciatura bendijo a la Virgen del Rosario de Manchay, una imagen que llevaron los fieles de esa localidad de bajos recursos en Lima, en donde el Arzobispado tiene una gran obra social.
Foto: Arzobispado de Lima
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— ACI Prensa (@aciprensa) 20 de enero de 2018

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