Iglesia llama a fieles reavivar compromiso con la Palabra de Dios

Pbro. Eduardo Michel Flores*

Para nosotros, los Cristianos Católicos, septiembre es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín. San Jerónimo nació en Dalmacia, cerca del año 340 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín. La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, “edición para el pueblo”), ha sido hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana.
La Nueva Evangelización nos exige el conocimiento de la Palabra para afrontar los nuevos desafíos. En una realidad que cambia constantemente es necesario sembrar en ella la semilla del Evangelio, para que el mensaje de Jesús llegue a ser una interpretación válida.
La intención, es que, durante este mes, en todas las comunidades cristianas o grupos familiares, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios se configura como alimento espiritual para la vida de todo cristiano. Los mensajes, parábolas y vivencias contenidas en la Biblia nos permiten entender y comprender la gran obra de salvación de Jesucristo.

¿Qué ha dicho el Papa
Francisco sobre la Biblia?
“Nosotros los cristianos tenemos que tener un único objetivo en nuestra vida de fe y es poner la Biblia en el centro de nuestra vida cristiana para que ella sea una brújula, pero también para que ella sea como la primavera de nuestra vida espiritual y nos indique el camino a seguir”.

¿Qué dice el Catecismo
de la Iglesia acerca
de la Biblia?
La Biblia es alimento de la vida espiritual, y todos los cristianos deben tener un fácil acceso a la Sagrada Escritura (131). Es el alma de la teología, la predicación y la catequesis (132).
La Iglesia recomienda la lectura “asidua” (frecuente, cotidiana) de la Sagrada Escritura. Desconocerla, es desconocer a Jesús. En cambio, quienes la disfrutan, adquieren la mente de Cristo (133).
Esperemos que el Espíritu Santo haga que algunos de estos elementos nos toquen la mente y el corazón, y nos ayuden a acercarnos al libro más leído en la historia de la humanidad, en el cual el Padre Celestial sale a dialogar con sus hijos (103), y del que se conservan los manuscritos más cercanos al original. Y a través de él conocer, amar y seguir a Jesús, que es lo propio del cristiano.

Métodos para leer la Biblia y sacarle el mejor provecho
La Lectio Divina es una celebración de la Palabra que se remonta a tiempos antiquísimos y su método se atribuye al monje Orígenes. Se puede celebrar en comunidad, en familia o de modo individual. La Lectio Divina o lectura orante de la Biblia consiste en el estudio de la Palabra en un dialogo íntimo con Dios.

Pasos para hacer una
Lectio Divina

1.- Lectio: Lectura del texto bíblico
Relectura, búsqueda de términos complicados y reconstrucción imaginaria de los hechos tal y como son descritos letra por letra.

2.- Meditatio: Meditación
Consiste en el análisis del mensaje de Salvación que el texto ofrece y la enseñanza para la vida que contiene.

3.- Oratio: Oración
Es la respuesta que das a Dios después de haber escuchado su Palabra, el ofrecimiento de tu vida y la solicitud de su misericordia siempre en sintonía con el mensaje leído
4.- Contemplatio: Contemplación
Es la cuestión de interiorizar el mensaje, es preguntarse ¿qué quiere Dios de mí con este mensaje de salvación? ¿A qué me compromete?

Si la Lectio Divina se hace en casa, se recomienda estar libre de distracciones y crear un clima de oración; se puede realizar frente a un crucifijo o una imagen de Jesús, con una vela encendida y comenzando con un acto penitencial y la invocación al Espíritu Santo.

Recomendaciones para
leer la Biblia

• Orar al Espíritu Santo para recibir su luz y entendimiento.

• Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.

• Interpretar según la Iglesia. La humildad exige que se pregunte y estudie.

• Leer la Biblia con frecuencia para beber más de esta fuente.

• Leer con el fin de amar y obedecer más a Dios y amar más al prójimo

• No buscar en la Biblia ciencias naturales, sino un mensaje espiritual.

Pregunta en tu parroquia qué actividades se desarrollarán durante este mes e intégrate a las celebraciones, retiros espirituales, sesiones de estudio, etc. que te ofrezcan, no desperdicies nada de la riqueza que puedes llegar a poseer en el estudio de la Biblia en el seno de la Iglesia que la escribió.

*Coordinador de la Animación Bíblica de la Vida Pastoral 

Biblia EDIT

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