Dulce Natalia Romero Cruz
El sábado 1º de septiembre se realizó la Jornada Bíblica Diocesana en su edición dieciséis, en las instalaciones del Instituto Bíblico Católico, de las 9.30 a las 1.30 horas. Se contó con la presencia del Pbro. Toribio Tapia Bahena, Doctor en Teología Bíblica por la Pontificia Universidad de Salamanca y Profesor de la Universidad Pontificia de México, quien de una manera muy amena, concreta e interesante expuso el tema central en la conferencia, “La enseñanza bíblica: desafíos y tareas”, ofreciendo herramientas para enriquecer la enseñanza de la Biblia en las comunidades, principalmente en las Escuelas Bíblicas. Hizo hincapié en la frase “No solo enseñar cosas importantes (para el formador) sino cosas que sirvan (para el alumno)” y que el desafío es cambiar porque los métodos ya están desgastados y cansados; que los maestros deben estar bien capacitados porque si ellos interpretan adecuadamente las Sagradas Escrituras pueden ayudar a que los demás también lo hagan.
Cambio de estructuras
En entrevista para Semanario, el Padre Toribio Tapia quien es también miembro de la Asociación de Biblistas de México, habló sobre la importancia de no solo leer la Biblia sino de aplicarla en nuestra vida diaria: “La bendición que tenemos en nuestra Iglesia es que no somos el grupo de libros sino la comunidad de la Palabra. Los documentos eclesiales, especialmente la Verbum Domini que es el documento más reciente sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia, nos recuerda lo mencionado, que no solamente tenemos un espacio o un momento de encuentro con Dios a través de su Palabra, sino prácticamente toda nuestra vida está en función de encontrarnos en la liturgia, en el espacio de las celebraciones, en nuestra casa, trabajo o con nuestros amigos.
“No es que católicos no nos acerquemos a las Escrituras, sino que lo hacemos de manera inconsciente y damos por supuesto que no hay necesidad de capacitarnos más y prepararnos mejor, y puede ser por varios elementos desde falta interés o falta de acompañamiento y disponibilidad para que efectivamente las personas tengan la intención de conocer la Biblia”.
Aseguró que un paso significativo en la Iglesia ha sido la generación de nuevos planteamientos en los documentos.
“En la Iglesia, por la misma presencia del Espíritu, se van dando pasos muy grandes y valiosos en la fe, como el cambio de terminología en el paso de una Pastoral Bíblica a la Animación Bíblica de la Vida Pastoral, sin embargo, se corre el riesgo de que solamente sea un cambio de términos y que no sea una modificación de mentalidad, estructuras, organización, actitudes, etc. Pero este paso creo que tiene principalmente el desafío de que no solamente las personas leamos la Biblia sino que tengamos un encuentro con Jesucristo y que eso nos provoque una espiritualidad”.
Lo fundamental
Nos recordó que el Papa Benedicto XVI, en la Carta Deus Caritas Est, menciona que la finalidad de la lectura de la Biblia no es que nos de ideas brillantes sino que nos lleve al encuentro con Jesucristo. Los principales documentos sobre la interpretación de la Sagrada Escritura dejan muy claro que el camino o proceso que uno va siguiendo en el acercamiento a la Biblia, no debe quedarse incompleto; sino generar una reflexión y entender a que nos compromete, es decir: Debe llevarnos al mensaje; y no es saber mucho, sino hacer que ese mensaje se haga vida”.
En la parte final de la XVI Jornada Bíblica Diocesana se contó con la participación de Mons. Engelberto Polino Sánchez, Obispo Auxiliar de Guadalajara, quien además de presidir la Misa de clausura, entregó el reconocimiento que hace a las Escuelas Bíblicas parte de la vida diocesana a través de la Animación Bíblica de la Vida Pastoral. Actualmente hay 75 Escuelas Bíblicas y en este año se integraron o formaron 4.
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