El párroco de San Vicente de Paul, templo ubicado en la ciudad de Caldera a unos 870 kilómetros al norte de Santiago, se encontraba durmiendo en la casa parroquial cuando un desconocido forzó la puerta de acceso y llegó hasta su habitación.
El sujeto, al parecer drogado, lo golpeó en varias ocasiones con un palo, le gritó “pedófilo” y otros insultos.
Tras media hora de forcejeo el sacerdote logró sacar al sujeto de su casa y reducirlo junto a la ayuda de vecinos. Más tarde, la policía detuvo al atacante.
El P. Barraza fue enviado al Hospital San José del Carmen y tras el chequeo médico se determinó una microfractura en el brazo izquierdo, múltiples contusiones, heridas producto de los golpes recibidos con un objeto contundente.
El comunicado de prensa del Obispado de Copiapó, informó que el P. Barraza “se encuentra bastante afectado anímicamente” y “agradeció la preocupación y cariño expresado por innumerables personas”.
El Obispo de Copiapó, Mons. Celestino Aós, señaló que “en ninguna circunstancia y por ningún motivo puede justificarse la agresión y la violencia a otra persona”.
“Deseo a la comunidad de Caldera fortaleza en estos momentos y que la ciudad pueda seguir siendo un espacio de convivencia pacífica, lo cual es tarea de todos y cada uno”.
“Deseamos su pronto restablecimiento e invitamos a las personas a orar por él y por todas las víctimas de la violencia”, agregó el comunicado.
El P. Juan Barraza Maldonado lleva 23 años como sacerdote y diez al servicio de la parroquia San Vicente de Paul, comunidad que se encontraba celebrando las fiestas patronales y tras el ataque fueron suspendidas.
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