Exfuncionarias de distintos niveles y centros de IPPF en Estados Unidos compartieron al New York Times sus duras experiencias mientras trabajaban en la entidad, la que presenta la atención prenatal supuestamente como parte de sus servicios de atención a la mujer, pero que promueve el aborto a nivel nacional e internacional y que está actualmente involucrada en una investigación por tráfico de órganos de fetos abortados.
Ta’Lisa Hairston, quien trabajaba como asistente médica de Planned Parenthood en Nueva York, sufrió un aumento de la presión arterial después de quedar embarazada y, por lo tanto, necesitaba descansos más frecuentes. Sin embargo, sus supervisores desestimaron varias indicaciones de sus enfermeras que solicitaban descanso y recesos durante el trabajo.
“Tenía que contener las lágrimas cuando hablaba con mujeres embarazadas y les decía que se ocuparan de sus embarazos, cuando no podía cuidar del mío. Eso me puso celosa”, dijo al New York Times.
Hairston renunció a Planned Parenthood en junio de 2018, después de largos turnos y descansos poco frecuentes que le provocaron una hinchazón y complicaciones tan graves que tuvo una cesárea de emergencia a las 34 semanas de embarazo.
“No entré en el campo médico para ser tratada así”, lamentó la mujer.
Otra exfuncionaria de Planned Parenthood, que pidió el anonimato, denunció una experiencia similar a la de Hairston. Sus directores ignoraron las notas de su médico que pedían descansos frecuentes y le solicitaron que interrumpiera su licencia de maternidad.
Asimismo, dos exempleadas revelaron que fueron despedidas de Planned Parenthood poco después de dar a luz.
Una exgerente de contratación de California, que también solicitó el anonimato, dijo al New York Times que cuando trabajaba en Planned Parenthood, los supervisores discutían descaradamente si las candidatas para puestos o promociones podrían quedar embarazadas.
Señaló que a menudo las candidatas que probablemente iban a quedar embarazadas eran rechazadas, a pesar de que la Ley Federal de Discriminación por Embarazo prohíbe tales prácticas.
Según el New York Times, de las 55 oficinas regionales de Planned Parenthood (que supervisan las clínicas locales), solo seis brindan licencia de maternidad con pago regular.
Alrededor de 20 oficinas permiten la incapacidad a corto plazo para cubrir la licencia de maternidad, en la que el empleador recibe una parte de su salario mientras está con licencia. Los empleados de la sede central de Planned Parenthood, ubicada en Nueva York, reciben una licencia de maternidad remunerada de seis semanas.
Christine Charbonneau, quien encabeza una oficina regional de Planned Parenthood en Seattle, culpó la falta de licencia de maternidad pagada a las restricciones financieras.
Si bien algunos estados han hecho recortes en la financiación gubernamental de Planned Parenthood en los últimos años, el financiamiento gubernamental de la empresa se mantiene bastante estable. En agosto, el Senado rechazó un proyecto de ley que habría bloqueado los fondos federales para Planned Parenthood.
Según un informe de 2018, la financiación de los contribuyentes de esta entidad ha aumentado en un 61% en la última década, de 336.7 millones de dólares en 2006 a 543.7 millones de dólares en 2016.
A pesar de los esfuerzos de desembolso de fondos, la organización recibió solo un 2% de impuestos menos en 2016 que en 2015. Los reembolsos y subvenciones a los servicios de salud del Gobierno (“Government Health Services Reimbursements & Grants”) constituyó la mayor fuente de financiamiento para Planned Parenthood en 2016-2017, proporcionando el 37% de los ingresos de la organización.
Los empleados actuales y anteriores de Planned Parenthood en Florida dijeron al New York Times que, independientemente de las políticas oficiales, en la organización prevalece una cultura general de desalentar el embarazo entre el personal. Los colegas solían anunciar en el trabajo que “no planeaban tener hijos o eran homosexuales o solteros”. Las trabajadoras embarazadas que solicitaban descansos o un tratamiento especial se consideraban perezosas y sin compromiso.
Varios portavoces de Planned Parenthood negaron cualquier tipo de discriminación, indica el reportaje del New York Times. “Todas las personas identificadas en el artículo fueron tratadas de manera justa y equitativa, sin discriminación”, aseguró Vincent Russell, director de Planned Parenthood Hawthorne (Nueva York).
El New York Times señaló que muchas de las exfuncionarias que fueron entrevistadas esperaban que el artículo pudiera estimular el cambio y abordar la falta de licencia de maternidad con sueldo disponible en la empresa.
“Era como que te miraran en menos por quedar embarazada”, dijo Carolina Delgado, que trabajaba en Planned Parenthood Florida. “No creo que ningún supervisor tuviera que decirlo literalmente para que lo sintiéramos”, sostuvo.
Traducido y adaptado por Bárbara Bustamante. Publicado originalmente en CNA.
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