Así lo dijo el Papa en su discurso al Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede este 7 de enero, durante la audiencia en el Palacio Apostólico.
El Santo Padre mencionó que la firma de este Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y China el pasado 22 de septiembre “es fruto de un largo y ponderado diálogo institucional, mediante el cual se han llegado a fijar algunos elementos estables de colaboración entre la Sede Apostólica y las autoridades civiles”.
Además, el Papa recordó su mensaje a los católicos chinos y a la Iglesia universal en donde “había readmitido ya precedentemente a la plena comunión eclesial a los restantes obispos oficiales ordenados sin mandato pontificio, invitándolos a trabajar generosamente por la reconciliación de los católicos chinos y por un renovado impulso en la evangelización”.
De este modo, el Pontífice agradeció al Señor que “por primera vez después de tantos años, todos los obispos en China estén en plena comunión con el Sucesor de Pedro y con la Iglesia universal” y destacó que “un signo visible de esto ha sido también la participación de dos obispos de China continental en el reciente Sínodo dedicado a los jóvenes”.
“Esperemos que la prosecución de los contactos para la aplicación del Acuerdo Provisional firmado contribuya a resolver las cuestiones abiertas y asegure los espacios necesarios para un desarrollo efectivo de la libertad religiosa”, insistió.
El día en que la Santa Sede y la República Popular China alcanzaron este Acuerdo provisional, el entonces Director de la Oficina de Prensa, Greg Burke, explicó que “el objetivo del acuerdo no es político, sino pastoral, permitiendo a los fieles tener obispos que estén en comunión con Roma y, al mismo tiempo, que sean reconocidos por las autoridades chinas”.
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