Involucrar en los hijos adolescentes la cultura del voluntariado favorece que surja en ellos un sentido de vinculación y pertenencia con la comunidad; sin embargo, es necesario explorar antes sus propios intereses, con el objetivo de que la actividad sea afín a su personalidad y abone a su desarrollo.
Por otra parte, si bien el voluntariado no resuelve todos los rezagos sociales, sí ayuda a los grupos vulnerables a sentir esperanza en la mano fraterna y caritativa; además “impacta en el desarrollo de la persona que ayuda, ya que la labor fortalece sus valores”, considera Antonio García Cancino, director de Compromiso Social de la Universidad Anáhuac.
Pero involucrar a los hijos e hijas en el bienestar de la comunidad incluye también conocerlos. El especialista recomienda explorar los intereses de cada uno, e impulsarlos hacia las causas de su preferencia, pues esto les dará su propio sentido de vinculación y pertenencia, comenta el también conferencista de Cenyeliztli A.C.
“Es común que los hijos tengan inclinaciones por causas distintas, y canalizarlos adecuadamente abrirá un abanico de pasiones individuales que puede florecer en un racimo de proyectos de compromiso social”.
Nunca es tarde
Ante la creencia de que la infancia es la mejor etapa para inculcar un hábito, García Cancino opina que el compromiso social puede despertar a cualquier edad, y la adolescencia es un momento favorable.
“Los jóvenes con frecuencia tienen dificultades para encontrar su propósito de vida, y el voluntariado muchas veces les acerca al objetivo que buscaban”.
Es cierto –señala– que quienes desarrollan tareas de voluntariado desde edades muy tempranas las vuelven un estilo de vida, pero a cualquier edad es gratificante hacer algo por los demás.
Señala que la fascinación que los jóvenes hallan en tareas con compromiso social tiene que ver con su apertura a nuevas experiencias y con la energía que necesitan gastar en esta etapa cúspide de la vida.
“Y si a eso se agrega cierto tipo de formación, podrán también meterse de lleno en su desarrollo profesional; si estudian Medicina, podrán abrirse camino fácilmente en una brigada médica; si estudian Arquitectura, lo pueden hacer en algún proyecto de construcción de casas para familias sin recursos”.
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