“Eso con el tiempo ha llevado a que, hoy día, muchísima gente no se case, no hace ninguna elucubración ni lo presenta como una consecuencia de aquello pero esa es la realidad”, agregó Mons. Aguer.
En su reflexión durante el programa “Claves para un mundo mejor” de Canal 9, el Arzobispo Emérito de La Plata dijo que ya “nadie habla de esposa, esposo, marido, mujer y todo es pareja, pero la pareja es la cosa más dispareja del mundo porque así como se junta también se deshace”.
Otras “intervenciones” como el mal llamado “matrimonio” igualitario “han agravado la situación”, sostuvo Mons. Aguer.
“¿Treinta años atrás a quién se le ocurría decir que podían casarse dos hombres o dos mujeres? Creo que a nadie y eso se ha precipitado rápidamente con factores internacionales que han jugado con una fuerza poderosísima, con mucho dinero detrás ciertamente”.
“Detrás del matrimonio igualitario el sentido natural de la familia se ha deteriorado muchísimo más”, aseguró el también académico nacional de Ciencias Morales y Políticas.
“Aun cuando gente que no admita el hecho de un matrimonio igualitario, es una realidad que dos personas que se unen mediante esta institución y construyen algo que se parece a una familia, pues pueden adoptar hijos, pueden comprar o alquilar gametos y vientres y tener hijos”.
“¿Y cómo se educan esos hijos? El problema aquí es que se va prolongando cada vez más. Si la familia desaparece, porque el matrimonio desaparece, también desaparece la educación de las futuras generaciones”, afirmó.
“Ahora he visto recientemente que en algunos sectores, incluso de la Iglesia, se habla no de matrimonio igualitario sino de unión civil de personas del mismo sexo, y el argumento que se da es que tienen derecho a una familia, pero eso no es una familia. Ahí está el equívoco”, afirmó Mons. Aguer.
“Supongamos que tuvieran derecho a una familia, pero la familia es marido, mujer, hijos. Esto es una realidad del Evangelio”.
“Acá se juega algo fundamental, porque esto de la unión civil por más que se lo quiera presentar como una alternativa al matrimonio igualitario, es contrario al orden natural y es contrario a la ley de Cristo”, recordó.
“Estas cosas deben ser dichas, deben ser repetidas, porque el mundo de la comunicación está tomado por la gente que piensa diversamente. El influjo de los medios de comunicación es tremendo”.
“Todo esto quiere decir que si no hay una intervención educativa seria, esta especie de ola cultural arrasa con todo: arrasa con la familia y finalmente arrasa con la fe”.
“Efectivamente arrasa con la fe. A tener en cuenta esto y ustedes, queridos amigos, como les digo, si son abuelos o abuelas, tengan en cuenta todo esto cuando hablan con los chicos”, finalizó Mons. Aguer.
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