Las repercusiones del incendio en la Escuela Misional P. Juan Wevering

150 niños cursan sus estudios básicos en el establecimiento, algunos de ellos llegaron hasta el lugar sorprendidos por la magnitud del incendio. Rodeando lo que fue una pequeña sala con instrumentos y reprendidos por sus padres quienes les reiteraban no acercarse a la escena, miraban con estupor como todos sus lugares conocidos estaban convertidos en escombros.

Jun Carlos Sepúlveda, miembro del directorio del Magisterio de la Araucanía, indicó que “el colegio se quemó casi en un 50%. A pesar de ello, afortunadamente podremos atender a los niños durante el año. Eso si hay necesidad de ocupar dependencias del internado que será habilitado con las condiciones que el Ministerio de educación exige”.


La escuela misional es propiedad del Obispado de Villarrica y en representación de Mons. Francisco Javier Stegmeier, quien se encontraba fuera de la zona al momento del incendio, acudieron al lugar el P. Andrés Maricán, vicario general de la diócesis y Felipe González, ecónomo de la institución. Para facilitar las labores de coordinación y reubicación de la escuela, disponiendo las instalaciones parroquiales requeridas.


En el siniestro no solo se perdieron bienes materiales. No hay valor en dinero para recuperar la calma. Camino a ello el acompañamiento espiritual será importante para todos. De comprobarse que el incendio tiene un origen intencional, los niños y sus padres necesitaran superar la triste realidad de los atentados.

El P. Andrés Maricán, señaló que “ante un panorama como éste se tiende a reaccionar violentamente; pero, tampoco es el camino. Quienes están educándose quedan sin la casa que los acoge, descubriéndose el daño que se les ha producido a tantos niños del mismo lugar. Hay profesores empeñándose en la formación.. A los niños y apoderados les animamos a sentirse respaldados por las personas que buscan el bien y buscan la manera de cambiar esta forma de vida”.


Aunque oficialmente se está a la espera de los informes de bomberos y las policías, no se puede negar la presunta intencionalidad en este siniestro. Y es justamente esa posibilidad la que aflige a la comunidad educativa.


La impotencia de los padres contrasta con el temor ante este y otros ataques en Puerto Domínguez. Y sus fuerzas están intactas, es más la motivación está al doble. Decididos a apoyar y reconstruir lo antes posible. Prefieren reservar sus identidades pero se desahogan, la mayoría de los estudiantes y sus familias tienen sangre mapuche y lamentan que por unos pocos se estigmatice a todo un pueblo originario. Símbolo de historia e identidad de la localidad emplazada a orillas del Lago Budi.


Fuente: Comunicaciones Villarrica



Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets