Además de esta indicación, se señala que la renuncia solo procede cuando la autoriza el Santo Padre, que una vez aceptada la renuncia cesa el prelado en cualquier otro cargo que tenga.
Las normas indican además que en algunos casos –por enfermedad o causa grave– el obispo debe presentar su renuncia antes de los 75 años.
En algunas circunstancias, será el mismo Pontífice quien ordene el cese a un obispo “después de haberle dado a conocer los motivos de dicha petición y una vez escuchadas atentamente sus razones, en diálogo fraterno”.
Las normas refieren explicaciones similares para los obispos de los diversos dicasterios del Vaticano que también deben presentar su renuncia a los 75 años.
En declaraciones a ACI Prensa, una fuente confiable del Vaticano explicó que “esta norma busca alentar a esos obispos (para que renuncien) que están viviendo situaciones difíciles y que no quieren renunciar porque no quiere dejar a su grey o por oportunismo”.
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