Datos curiosos de algunos santos esposos en la Iglesia

ROMA, 04 Mar. 15 (ACI).- A raíz del anuncio de la canonización de los papás de Santa Teresa de Lisieux, surge la curiosidad de saber cuántos otros santos esposos están en los altares. Conozca quiénes son, lo que hicieron para superar las crisis que a veces se presentan en los matrimonios y cómo dieron la vida por la fe.

El camino a la santidad sí es posible en la vida conyugal. Ejemplo de ello son, en primer lugar, la Santísima Virgen María y su esposo San José, quienes tienen como parientes a San Joaquín y Santa Ana, papás de la Virgen.


Al inicio del cristianismo se encuentra una numerosa lista de esposos que fueron martirizados, como los cónyuges Áquila y Priscila, colaboradores del apóstol Pablo y por cuya protección expusieron sus propias vidas.


En el siglo VII en Bélgica están San Vicente y Santa Valdetrudis, padres de cuatro hijos también santos: Landerico (Obispo de París), Dentellino (quien murió joven), Aldetrudis y Madelberta (abadesas del monasterio de Maubeuge).


Asimismo, Santa Valdetrudis proviene de una familia en la que Walberto y Bertilia, sus padres, también son santos, al igual que su hermana Santa Aldegundis.


En el siglo XII está San Isidro Labrador junto a su esposa Santa María de la Cabeza. Se dice que cierto día estaban ellos en el campo y su hijito se cayó a un pozo muy profundo. Los esposos, al no poder rescatarlo, se arrodillaron y se pusieron a rezar. De pronto, las aguas empezaron a subir y apareció el niño sin ningún rasguño.


Entre los más actuales se venera en Brasil a los beatos mártires Manuel Rodrigues Moura y esposa, víctimas de la opresión que se desencadenó contra la fe católica (1645). Junto a ellos están las muchas parejas mártires en Japón y Corea.


Para el mes de octubre se tiene prevista la canonización de Louis y Zelie Martin, padres de Santa Teresa Lisieux, justamente en el marco del Sínodo de la Familia en el Vaticano. El camino a los altares de estos esposos ha superado en el tiempo a los cónyuges Luigi y Maria Beltrame Quattrochi, beatificados en octubre de 2001.


Sobre la vida de los esposos, el Papa Francisco dijo en 2014 que hay tres palabras que deben guiar el camino de un matrimonio: permiso, gracias y perdón.


“Permiso: para no ser entrometido en la vida del cónyuge. Permiso, ¿qué te parece? Permiso, ¿puedo? Gracias: dar las gracias al cónyuge; gracias por lo que has hecho por mí, gracias por esto. Esa belleza de dar las gracias. Y como todos nosotros nos equivocamos, esa otra palabra que es un poco difícil de pronunciar, pero que es necesario decirla: Perdona”, afirmó el Pontífice.


“Permiso, gracias y perdón. Con estas tres palabras, con la oración del esposo por la esposa y viceversa, con hacer las paces siempre antes de que termine la jornada, el matrimonio irá adelante”, animó.


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