En una entrevista concedida a la revista española Palabra con motivo de los 500 años de la Reforma, el pastor finlandés reconoció que “la búsqueda de mis propias raíces me ha llevado, a mí como a muchos luteranos, a redescubrir las enseñanzas de la primitiva Iglesia, y así a desear e intentar la unidad”.
En la entrevista se preguntó que “si todos bebemos y nos saciamos de la misma fuente, ¿por qué la división entre los cristianos?”.
Además, también se planteó si “se ha conservado la herencia de la Reforma en la actual Iglesia Luterana”, y aseguró que se trata de una “pregunta que nos hacemos muchas personas”.
En este sentido, explicó que “es un hecho obvio que en los países de tradición reformada es donde más se ha desarrollado y con más fuerza ha surgido el fenómeno de la secularización. Las diversas Iglesias surgidas de la Reforma han cambiado la doctrina original, y se han dejado llevar por las corrientes liberales que marca la sociedad”.
En concreto, se refirió “al sacerdocio de las mujeres, que se aprobó en Finlandia en 1986”. Lamentó que “en los últimos años se ha convertido en el centro de la discusión el cambio de concepto de matrimonio para abrir la posibilidad de equiparlo a cualquier unión, incluso entre personas del mismo sexo. Además, en algunos ambientes eclesiales no es clara la posición sobre la eutanasia”.
“Me viene con frecuencia a la cabeza una pregunta crucial. ¿Por qué las Iglesias reformadas se amoldan a las corrientes sociales, cambiando su doctrina original, más fácilmente que la Iglesia Católica?”.
“Parece que el origen de los cambios para amoldarse a la sociedad no viene del interior de la Iglesia ni de su desarrollo teológico, sino que más bien los fundamentos de esos cambios vienen de la sociedad misma”, respondió.
Indicó que “en la Iglesia Luterana actual parece que los valores en los que sustentar la teología y la vida espiritual son la igualdad, los derechos humanos y el respeto equitativo a los demás. Estos valores en sí son defendibles. Pero fundamentar en ellos una teología, toda una vida espiritual, es muy difícil”.
Por el contrario, “la Reforma original se sustentaba en la Palabra de Dios, en la Biblia, y de ella surgían los demás principios. En la actual situación se ha cambiado la Biblia por otros principios, que no tienen nada que ver con los principios del origen de la Reforma”.
Entonces, “¿por qué a las Iglesias reformadas les es más fácil seguir los dictámenes de la sociedad?”, continuó el pastor luterano.
“La primera causa podría ser que las Iglesias reformadas eran en general Iglesias nacionales, como es el caso de la Iglesia finlandesa”.
Además, “cuando con el tiempo estas Iglesias se han identificado con el modelo social de la democracia, entonces la dirección que toma la propia Iglesia está en función de la corriente política e ideológica que impere en cada momento”.
“La Iglesia nacional es mucho más proclive a secularizarse que la Iglesia que es universal. Las decisiones que se han tomado siguiendo el sentir de la sociedad han debilitado las relaciones ecuménicas con los católicos y ortodoxos”.
El pastor Tapani Ruotsalainen finalizó la entrevista mostrando su alegría por el hecho de que “después de 500 años de división y separación se hable ahora del deseo de unidad. Aunque algunas de las decisiones de la Iglesia luterana son obstáculo para la unidad, no han podido sofocar el ardiente deseo del anhelo de unidad que hay en el corazón de los cristianos”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 31 de octubre de 2016
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