Los discípulos, desanimados no reconocen a Jesús, sin embargo Él “entra suavemente en sus vidas, agobiadas por la tristeza y el sinsentido”. “Jesús pacientemente les escucha, los acoge, se hace cargo de sus preguntas, comprende su situación”, afirma.
“Jesús nos hace entender que en esos momentos de agobio, cuando no hay ninguna esperanza, Él está ahí discretamente, sosteniendo, acompañando, ayudando, dando sentido a la vida”, asegura el Prelado.
Según el Obispo de Córdoba, Emaús es también “una pedagogía, una manera de entrar en diálogo, saliendo al encuentro de quienes sufren, de quienes no tienen esperanza” y anima a acompañarlos y “ponerse a su altura, sin pretensiones de superioridad y mostrarles las razones de nuestra fe, de nuestra experiencia, sin presionar nunca la libertad del otro”.
Esa pedagogía, según explica Mons. Fernández, responde a las necesidades del otro y presenta con “sencillez y humildad” las propias convicciones.
Para evitar adaptar la fe a nuestra comodidad y poder transmitirla verdaderamente a otros, Mons. Fernández alienta a estudiar la Escritura “en la Iglesia, en la comunidad, en la comunión con quienes tienen la misión y la autoridad de interpretarla: los pastores”.
De esta manera se evita hacer una lectura de la Escritura “a mi gusto, a mi medida”, que “no lleva al encuentro con Jesús”.
Ese encuentro en Emaús “concluye con la Eucaristía”. “El mismo gesto que en la última Cena, cuando instituyó la Eucaristía. Al repetir aquellas palabras y aquellos gestos, se les abrieron los ojos de la fe y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista”, explica y recuerda que “Jesús está en la Eucaristía vivo y resucitado, presente hasta el final de los tiempos, aunque nuestros ojos no lo vean”.
Por eso el Obispo de Córdoba recuerda que “Emaús es toda una catequesis eucarística” porque muchas veces “acudimos al Misterio de la fe, a la Santa Misa, con los ojos vendados y con el corazón frío”, como los discípulos.
“La Eucaristía es la celebración de este encuentro con Jesús. Él nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan”, explica el Prelado y, según asegura, si acogemos la Palabra, el Señor “calentará nuestro corazón y encenderá nuestra fe y lo reconoceremos en la Eucaristía”.
“Cuando las cosas van bien, es muy fácil creer, es muy fácil seguir a Jesús. Pero cuando las cosas se tuercen, cuando llega la dificultad y la Cruz, no es fácil descubrir allí presente a Jesús. Por eso, es la Eucaristía el momento del reencuentro con quien nos acompaña en el camino de la vida, para dar sentido a nuestro peregrinar”, afirma.
En su carta, Mons. Fernández manifiesta su esperanza de durante esta Pascua encontremos a Jesús “que se ha hecho caminante contigo” para que “animado por su Espíritu”, salgamos al encuentro de nuestros contemporáneos “que están esperando quien les acompañe y les explique el sentido de la vida. Sólo en Jesús podrán encontrarlo”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 29 de enero de 2017
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