Mucho más que Moda
Bordando Derechos Humanos
Las nuevas generaciones de diseñadores de ropa y la industria textil en general, con todo lo que la rodea, están cambiando o deben cambiar si quieren ser vigentes en un mundo que a gritos exclama que las cosas no pueden seguir igual. La confección de un pantalón, vestido, saco, playera, etc. tiene profundas implicaciones en materia derechos humanos de primera y tercera generación.
Andrés G. Elizalde
“Me interesa mucho vincular arte con moda para quitar ese estigma de que (el diseño de Modas) es superficial. Tiene un lado muy profundo que es la forma de expresión e individualidad, de cómo a través del vestuario nos empoderamos y empoderamos a otros por prácticas como comercio justo, empleo y respeto a técnicas artesanales o moda sustentable”, afirma Rosa Gutiérrez, egresada de la carrera de Comunicación del ITESO, creadora de la línea de ropa Nahuala que combina, a través de la colaboración con mujeres wixáritari, el diseño y el empoderamiento de comunidades.
El 50 por ciento de las ganancias de los collares de su línea, realizados por indígenas, es otorgado a ellas.
“Cuando trabajas en comunidad, no se trata de tu diseño, producto de tus propios intereses y tu propia generación; se trata de pensar qué tipo de producto debes hacer para que a todos los miembros de la comunidad y la cadena de producción les vaya bien”, destaca Dolores Cortés, coordinadora de la Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda del ITESO
En abril de este año, Rosa Gutiérrez viajó a Nueva York para presentar la marca Nahuala en la sede de la ONU, en la décimo cuarta gala de Women Together, una organización que se dedica a mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables y en octubre próximo será la única marca latinoamericana que participará en el Fashion Week de Phoenix.
Rosa Gutiérrez ha buscado el empoderamiento femenino a partir de la moda, con el slogan “Yo soy mía”, que remite a la apropiación del cuerpo por encima de las expectativas comerciales, y Nahuala no se queda en palabras: también realiza donación por venta de prendas a la Coalición de Trabajadores de la Industria Electrónica Nacional, que denuncia la violencia laboral y cotidiana que viven las mujeres.
La Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda del ITESO, pretende que el alumnado reconozca que la ropa tiene implicaciones políticas, sociales y ambientales. Es un derecho humano, señala su coordinadora Dolores Cortés.
Primero la persona
Claudia López, egresada de la Licenciatura en Diseño en 2010 del ITESO, se desempeñó como diseñadora de modas desde antes de graduarse.
Trabajó en retail (empresas de comercialización masiva de prendas) hasta que renunció para buscar otras formas de ejercer el diseño de modas; Oaxaca fue su primer destino para tomar un curso de telar de cintura y encaje de bolillo.
Tras aprender el valor de los textiles mexicanos, buscó un contacto en Chiapas para ver la manera de colaborar con textileras indígenas.
“Yo iba pensando que iba a salvar a alguien”, relata Claudia López casi al tiempo de subrayar que “estaba equivocada”.
“Al llegar –explica- conocí a mucha gente que está involucrada desde hace muchos años y que defiende los derechos de los artesanos de la región y te tratan con mucha cautela, porque muchos van en busca de mano de obra barata”.
De esta manera Claudia conoció a Claudia Muñoz, entonces directora de Impacto Textil, una iniciativa que trabaja por el empoderamiento y dignificación de las mujeres artesanas indígenas de Los Altos de Chiapas.
Después de ver su desempeño, le propuso realizar talleres de diseño para las mujeres. Aprendió a comunicar las habilidades de diseño y colorimetría que aprendió en la universidad, para que las artesanas lo instauraran en sus textiles, y también a conocer y respetar aquellos símbolos sagrados para evitar el plagio.
“Fue interesante compartir conocimientos entre nosotras para crear diseños innovadores que respetaran su cultura. Pude combinar mi experiencia de retail con la producción artesanal, y entendí lo importante que es un proceso de manufactura cuando pones primero a la persona”, dice López.
Medio ambiente
Confeccionar ropa es un compromiso con el mundo… el impacto ambiental será un factor importante para repensar los materiales de las prendas y los accesorios.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), el impacto del uso de las fibras sintéticas es un problema creciente. Uno de los principales recursos es el poliéster (presente en 60 por ciento de la ropa), una fibra que produce tres veces más dióxido de carbono que el algodón orgánico, tarda decenios en degradarse y contamina los océanos con microfibras de plástico.
A pesar de estos datos, en 2016 se utilizaron alrededor de 21 millones de toneladas de poliéster.
Afortunadamente ciertas empresas se están subiendo al tren de la sustentabilidad, asegura Claudia López, quien después de su experiencia en Oaxaca y Chiapas, participó en el diseño de una colección para C&A hecha con pedazos de textiles tradicionales mexicanos que trabajó con Impacto Textil, y que se presentó en marzo, tras un año entero de trabajo de gestión y realización de las prendas.
Es un pequeño paso, pero lo que ella quiere lograr es que sea una práctica constante la utilización de mano de obra mexicana a precios justos, colecciones sustentables con telas a base de PET y con teñidos menos dañinos.
“Se trata de que existan nuevas opciones que puedan ser comerciales y no sean con un costo humano y ambiental tan alto”, enfatiza.
En correspondencia con su interés por sumarse a iniciativas de compromiso social en el campo de la moda, Claudia López es parte de Fashion Revolution, asociación con injerencia en distintas partes del mundo que quiere crear conciencia sobre los efectos sociales, económicos y ambientales de las prendas que se producen en masa.
“Los responsables también somos los consumidores, que compramos sin preguntarnos cuál es el costo real de la prenda, de dónde viene, a dónde va; qué es lo que pasa antes de que llegue tanto humana como ambientalmente hablando; qué pasa cuando la tenemos, y qué pasa cuando ya no la queremos”, puntualiza esta emprendedora, egresada de Diseño del ITESO.
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