- Constructores de puentes y no de muros
En el año que empieza seamos hombres y mujeres constructores de puentes. “Cada cristiano construya siempre puentes de diálogo con los demás, no muros de rencor. El cristiano debe buscar siempre el camino para escuchar, el camino de la reconciliación, con humildad y mansedumbre, porque es lo que nos ha enseñado el Hijo de Dios”. Homilía de la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta 23 de enero de 2015.
- Aprender a conmovernos por el dolor de los demás en silencio pero transformando el sufrimiento en acción concreta…
Lejos de hipocresías en este nuevo año: “Sabed, hermanos, que los hipócritas no saben llorar, se han olvidado de cómo se llora, no piden el don de las lágrimas”, nos enseña el Papa. “Cuando se hace algo bueno, casi instintivamente nace en nosotros el deseo de ser estimados y admirados por esta buena acción, para tener una satisfacción. Jesús nos invita a hacer estas obras sin ninguna ostentación, y a confiar únicamente en la recompensa del Padre “que ve en lo secreto (Mt 6, 4. 6. 18)”. Lo expresó en la homilía de la misa de bendición e imposición de la ceniza, Basílica de Santa Sabina, 18 febrero de 2015.
- La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo
La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo, sin descargar la culpa siempre en los demás para juzgarlos y condenarlos, es el primer paso en el camino de la vida cristiana que conduce a pedir al Señor el don de la misericordia. Es este el examen de conciencia sugerido por el Papa en la misa que celebró el lunes 2 de marzo, en la capilla de la Casa Santa Marta.
- Soñar para encontrar el amor…
En este año nuevo vivir la reciprocidad del amor y soñar el encuentro con ella o él. “Hombre y mujer son de la misma sustancia y son complementarios”.
En la Biblia, cuando Dios plasma a la mujer mientras el hombre duerme, el Papa sugiere también otra cosa: “para encontrar a la mujer —y podemos decir para encontrar el amor en la mujer—, el hombre primero tiene que soñarla y luego la encuentra”. Lo sostuvo en la alocución en la audiencia general en plaza San Pedro, miércoles 22 de abril de 2015.
- En este año evitar el apego a las riquezas que llevan solo a la corrupción del corazón, de la mente, de nuestro negocio…
Es necesario hacer de modo que si se poseen riquezas estas sirvan al “bien común”. Porque la abundancia que se vive de manera egoísta es “triste”, quita “esperanza” y genera “todo tipo de corrupción”, grande o pequeña.
Así podemos tener el propósito en este año nuevo de salir del ‘apego a las riquezas’ que nos “hace creer que todo está bien” y nos quita el horizonte. “Y vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza es una vida triste”. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
- La oración cotidiana por nuestra salud y por la de los seres queridos afectados por el mal
“La Iglesia invita a la oración continua por los propios seres queridos afectados por el mal. La oración por los enfermos no debe faltar nunca. Es más, debemos rezar aún más, tanto personalmente como en comunidad. Pensemos en el episodio evangélico de la mujer cananea (cf. Mt 15, 21-28). Lo expresó el Papa Francisco durante la predicación en la audiencia general en plaza San Pedro, miércoles 10 de junio de 2015.
- Fuertes y revolucionarios en la fe para superar divisiones e individualismo
El nuevo año es un espacio para emprender “la revolución” de la “alegría de la Evangelización”, que significa imitar el amor de Cristo que libera y da verdadera felicidad para superar las divisiones, los personalismos y el individualismo.
¿Cómo? El Papa explica: “Donándose, el hombre vuelve a encontrarse a sí mismo con su verdadera identidad de hijo de Dios, semejante al Padre y, como Él, dador de vida, hermano de Jesús, del cual da testimonio.
Eso es evangelizar, esa es nuestra revolución –porque nuestra fe siempre es revolucionaria–, ese es nuestro más profundo y constante grito”, sostuvo el Papa Francisco el 7 de julio en el parque Bicentenario de Quito, la última misa en su visita a Ecuador.
- Trabajo para dar dignidad a sí mismos y a la propia familia
“Se necesita fe y astucia. Que Dios nos conceda acoger su llamada con alegría y esperanza, en este momento difícil de nuestra historia, la llamada al trabajo para dar dignidad a sí mismos y a la propia familia”. El Pontífice explica que la primera escuela que enseña a ser buenos trabajadores es la familia y, asimismo destaca el trabajo de las amas de casa.
“La fiesta y el trabajo forman parte del designio de Dios” para las familias. Lo expresó el Papa Francisco en la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano el pasado miércoles 19 de agosto 2015.
- Soñar para no dejarte robar la esperanza
Esa es una frase que el papa repite mucho a los jóvenes: soñar para no dejarse robar la esperanza. En este año las cosas pueden ser duras, pero la esperanza nos abre a nuevos caminos de creatividad, pasión, deseos de construir.
“Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder, pero soñalas, desealas, busca horizontes, abrite, abrite a cosas grandes”. Lo aseveró el Papa durante el saludo a los jóvenes del Centro Cultural Padre Félix Varela en La Habana, el domingo 20 de septiembre de 2015
- Dios nunca abandona a quien confía en Él
Escribieron al Papa preguntando por qué los malvados parecen ser felices mientras que a los justos las cosas marchan en el sentido equivocado.
El Pontífice recuerda el salmo 1 —«Feliz el hombre que confía en el Señor». Y asegura que Dios nunca abandona a quien confía en Él. Lo explicó en la Homilía de la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta jueves 8 de octubre de 2015.
- Para ser felices hay que incluir y crear armonía en nuestros hogares, puestos de trabajo, en suma en el cotidiano
Jesús nos pide incluir a todos con gestos concretos, porque como cristianos “no tenemos derecho” de excluir a los demás, juzgarlos y cerrarles las puertas.
También porque “la actitud de excluir” está en la raíz de todas las guerras, grandes o pequeñas. Lo afirmó el Papa Francisco en la misa celebrada el jueves 5 de noviembre, por la mañana, en la capilla de la Casa Santa Marta.
- Sentirnos amados para amar y perdonar
Un papá o una mamá que dice a su hijo: “No tengas miedo, estoy yo” y lo mima con una caricia, es la imagen de la condición privilegiada del hombre: pequeño, débil, pero tranquilizado, sostenido y perdonado por un Dios que está enamorado de él. Al inicio del camino jubilar el Papa Francisco —en la misa celebrada en Santa Marta el jueves 10 de diciembre.
*Publicado por Ary W. Ramos D. (Aleteia)
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