Esta foto es la de la cátedra del prelado del Opus Dei en la iglesia de la curia del Opus Dei. Durante los últimos meses me he estado fijando a ratos perdidos en todas las cátedras que he podido encontrar a lo largo y ancho del mundo. Y esta es, realmente, de las más bonitas que he encontrado. Me parece perfecta y muy bella.
Ayer almorcé con un sacerdote de esa prelatura y dimos un largo paseo. Charlamos de muchos asuntos, entre ellos sobre la cuestión de la episcopalidad del prelado.
Se me olvidaba, en la Nochebuena les regalé a mis padres un perfume y una botella de vino. Lo reconozco… un regalo previsible, anodino y aburrido.
¿Pero qué queríais, que le regalara la enciclopedia manuscrita con caracteres chinos de “La madre poderosa que pone orden celestial en casa” ordenado por la emperatriz 好媽媽和老闆?
En cuestión de regalos navideños siempre he sido un Nelson a las órdenes de un parlamento conservador, no un Napoleón transgresor y victorioso en grandes estrategias navideñas. Y ese conservadurismo me ha sido siempre agradecido. En cuanto me he salido de los cauces habituales, siempre he obtenido un suspiro de resignación al abrir el paquete.
¿Me pregunto qué le habrá regalado el presidente Sánchez a Torra? ¿O qué le habrá regalado el cardenal Burke al papa?
¿Qué le habrá regalado Hillary Clinton a Trump? Si es una caja de polvorones, ¡no te los comas, Donald! Dáselos primero al gato a ver qué pasa.
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